viernes, 9 de agosto de 2013

Verano

El verano, la vuelta y la huida, el retorno a un lugar que ya no nos pertenece, que tampoco ha dejado de hacerlo. El silencio por las calles a la tarde, la caída eterna de un sol que saluda y se despide entre los montes secos y las dehesas de la infancia. El tiempo de echar de menos, de rodearse de otros, aquéllos a los que la costumbre tiene lejos. El tiempo de callar, de morderse las entrañas, de arañarse las arterias, de gritarse a uno mismo con los dedos en el pecho. Mirar a la calle y descubrir el vacío. Correr las cortinas, bajar las persianas, despedirse del mundo.

Las carreteras, el camino, la huida sin búsqueda. El encuentro, la paz.