Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2012

Un poema: La ciudad

La ciudad Dices: "iré a otras tierras, a otros mares. Buscaré una ciudad mejor que ésta en la que mis afanes no se cumplieron nunca, frío sepulcro de mi sentimiento. ¿Hasta cuándo errará mi alma en este laberinto? Mire hacia donde mire, sólo veo la negra ruina de la vida, tiempo ya consumido que aquí desperdicié". No existen para ti otras tierras, otros mares. Esta ciudad irá donde tú vayas. Recorrerás las mismas calles siempre. En el mismo arrabal te harás viejo. Irás encaneciendo en idéntica casa. Nunca abandonarás esta ciudad. Ya para ti no hay otra, ni barcos ni caminos que te libren de ella. Porque no sólo aquí perdiste tú la vida: en todo el mundo la desbarataste. De Konstantinos Kavafis, en versión de Ángel González.

Breve historia de la búsqueda de un libro

Todo tiene su historia, unas son más curiosas, más divertidas, más especiales, o lo que sea que otras, eso está claro. Por ejemplo, yo empecé a coleccionar El Principito antes de haberlo leído, siquiera. En Alemania, el primer verano que pasé allí. Por una serie de razones que no recuerdo, la madre de una amiga mía, después de hablarme del libro durante varios días y darme un par de cedés con el audiolibro de " Der kleine Prinz ", del que no entendía una de cada dos palabras, decidió, el último día de mi estancia allí, en una librería que caía de camino, mientras íbamos al aeropuerto, comprar la edición en papel y regalármela, para que me fuera más fácil comprender lo que decían. Eso fue en el verano de 2007, en Neckargemünd. Hoy, casi cinco años después, con no demasiados principitos, ha aparecido otro en el buzón. No lo esperaba aunque fuera yo el que lo buscó y lo pidió en tres librerías de Groningen hace poco más de un mes. No lo había pensado antes de ir -de lo contrario...

Para reflexión: Literatura y sociedad democrática

Escribe el recientemente fallecido Miguel García Posada en El vicio crítico verdades como puños. Una de ellas es esta: "La gran literatura posee un grado de refinamiento que resulta difícilmente compatible con los usos de las grandes masas incorporadas a los hábitos del consumismo. No cabe esperar de los poderes públicos -de los poderes democráticos, quiero decir- especial atención o interés por la literatura. Los votos se consiguen patrocinando grandes competiciones deportivas. Dista de ser inocente que la literatura pierda puntos en los sucesivos programas de instrucción pública. Servir, lo que se dice servir, en el sentido más pragmático de la palabra, no sirve para gran cosa. Tampoco sirve para dominar con soltura el idioma materno, digan lo que digan algunos (ahí es nada: Góngora en una clase de lengua castellana)." Miguel García Posada  Sirva pragmáticamente  o no lo cierto es que va perdiendo favores la literatura entre el sector político gobernante. Más ahora. No teng...