domingo, 30 de octubre de 2011

lunes, 24 de octubre de 2011

Juan del Enzina, teatro en la Universidad

La Universidad de Salamanca recibe con los brazos abiertos la reapertura del teatro Juan del Enzina. Los estudiantes de la Facultad de Filología de dicha Universidad lo recibimos no sólo con los brazos abiertos, sino también con los oídos, por fin, destapados.

Tres años han tardado en reformarlo, ha costado 3,2 millones de euros y puede dar cabida a 380 espectadores.

Situado en el sótano del edificio Juan del Enzina (Anayita), perteneciente por lo tanto a la parte más nueva de la Facultad de Filología, es un espacio escénico que acogerá diferentes obras de teatro y conciertos, proyecciones y todo lo que desde la Universidad y desde la Facultad se proponga y pueda salir adelante.

En tiempos en los que el teatro pasa apuros económicos, y después de que lo cerraran en 2003, creando un movimiento en la Facultad con una sola consigna, "No a la muerte del teatro Juan del Enzina", el teatro universitario y actual, las nuevas tendencias dramáticas y las canonizadas en los manuales de historia del teatro, tienen un nuevo espacio en el que encontrarse.

Esperemos que dure mucho y que sirva para llenar un poco más de cultura la Facultad, la Universidad y, por supuesto, la ciudad.

En Filología estrenamos teatro y, para estrenar algo así, tenemos que tener la ilusión de un niño.

domingo, 23 de octubre de 2011

El conflicto vasco en televisión. Adiós a ETA.

Hace tan sólo una semana veía el programa Salvados, el de Jordi Évole, sobre la política en el País Vasco, sobre el posible fin de ETA gracias a lo debilitada que está, o estaba, la asociación, y a la intervención del propio pueblo vasco, que demostró, en su apoyo a Bildu, un partido político del que muchos recelaban, y siguen recelando, y, por lo tanto, su rechazo de la violencia en todas sus formas. ETA estaba acorralada por su propia gente. No había escapatoria. Ni, mucho menos, sentido.

Hoy el Follonero va a acercarnos otra vez a tierras vascas para contarnos desde allí la noticia.

Pocos hacen lo que se hace en este programa, y es de mención.

La violencia de ETA ha terminado, la libertad está de enhorabuena.

sábado, 22 de octubre de 2011

La voz dormida

Ayer estrenaron la adaptación cinematográfica de la novela La voz dormida, de Dulce Chacón. Con el mismo título que la obra en prosa, la película de Benito Zambrano acerca los personajes al lector/espectador, transmitiendo dolor, mucho, pero también pasión, en todos los sentidos: pasión por la vida, por los derechos, por los demás; padecimiento.

Uno no puede ser objetivo al valorar el filme, no puede por lo que tiene la novela de personal, de propia, por lo que significó y aun hoy significa en el contexto de lecturas que lo sobreviven. Así que, no sé qué dirá la crítica, que parece que no la valorado nada mal, ni qué los posibles espectadores -cansados, cabreados, dicen algunos, como siempre, o muchos, me da igual, de que se repita la historia, de que no se avance y se sigan haciendo películas, se sigan escribiendo libros, sobre la Guerra Civil española-, pero a mí me puso los pelos de punta, solté alguna lagrimilla, que hacía mucho que no soltaba con ninguna película, y me dejó sentado un rato en la silla, recomponiendo el libro, hacía ya mucho que lo había leído, impactado.

La obra, lo dice su director, "va a joder a los conservadores, pero no la hemos hecho para ellos". Queda clara la intención: dar la voz, que estaba ahí, a quienes perdieron. "Esto es el final; cualquier día caerá Barcelona, Para los estrategas, para los políticos, para los historiadores, todo está claro: hemos perdido la guerra. Pero humanamente, no estoy tan seguro... quizá la hemos ganado" (Antonio Machado).

De lo formal, los primeros planos, las caras de los personajes, expresivas, dolorosas.

¿Maniquea? Tal vez un poco, pero, personalmente, es lo que menos me importa.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Artículos en revistas de por ahí: Encuentra placidez la muerte en Cáceres

Escribí hace algún tiempo de un artículo que lo llevaría a uno a Yuste, al Cementerio Alemán, concretamente. Pues bien, el artículo que salió de ese viaje, más literario que periodístico, si es que el primer término se puede aplicar a alguno de los textos que se escriben en este ordenador -y en alemán ya ni digo-, se mandó, como correspondía, a la revista austríaca FM5. Varios meses después de aquello seguía sin saber nada de él, hasta hoy, cuando un email daba la noticia de que lo acababan de publicar.

Esta muestra de pedantería narcisista responde, más que nada, al asombro: ni me lo creo ni me lo explico.

Hice el intento traducir el texto completo -por algún lugar, en una carpeta remota del disco duro, andará- pero no me convencía, extrañamente sonaban impropias las palabras de uno en castellano, y lo dejé. Quizá en un rato libre, alguna vez, lo retome para dejarlo por aquí, para quien aún no sepa alemán y le apetezca leerlo, si es que hay alguien.

El título, Der Tod findet Gelassenheit in Cáceres, es la traducción, más o menos libre, de un verso de Carlos Medrano -"encuentra placidez la muerte en Cáceres"-, del texto Sagrado y físico.

viernes, 14 de octubre de 2011

Valor de cambio

"El marrón da a mi cara un tono amarillento, enfermizo, como si siempre tuviera resaca. Y eso se nota en las ventas" Ken Follet dixit. Citado en El enigma best-seller.

domingo, 9 de octubre de 2011

Nobel para un poeta

El, para mí, desconocido Tomas Tranströmer es el próximo Premio Nobel de Literatura. He estado buscando cosas sobre él, para acercarme un poco más y desconocerlo un poco menos. Impacta saber que el poeta no habla, que tampoco calla, que sólo puede escribir. Me ha gustado este poema:

La estación


Ha llegado un tren. Allí está, un vagón tras el otro,
pero no se abren puertas, nadie baja ni sube.
¿Acaso tienen puertas? Allí dentro hormiguean,
de aquí para allá, seres cautivos.
Por las inconmovibles ventanas observan.
Y afuera anda un hombre, a lo largo del tren, con una maza.
Golpea las ruedas, resuena débilmente. Salvo aquí:
aquí crece el tono incomprensiblemente: un golpe de trueno,
tañido de campanas de iglesia, tono de la vuelta al mundo
que eleva todo el tren a las mojadas piedras del paraje.
Todo canta. Esto lo recordaréis. ¡Continuad el viaje!

Tomas Tranströmer, de La plaza salvaje (1983)

martes, 4 de octubre de 2011

La vida va ya en serio

Las etapas que componen esta vida parece que se hacen visibles al tiempo de haberlas pasado. A veces tomamos decisiones que nos encaminan hacia una u otra. Las naturales no, claro, las naturales son otra cosa, pero de aquéllas que dependen de nuestra consciencia, de las ganas o del tedio, del valor o del miedo, de ésas sí somos responsables, porque ésas nada nos las impone.

Una vez hecha la matrícula, una vez empezadas las clases, aparece el fondo de la cuestión, se revela el principio, se rebela el pasado.

No pensaba que las clases de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada fueran a ser como son, ni siquiera que los temarios se parecieran a lo que ahora se parecen, que bajo nombres largos enmascarados en abreviaturas fuera a verse la literatura desde otro punto de vista. La literatura existe, y es lo primero que hemos aprendido. Existe quiere decir que está viva, que no tiene aún un futuro escrito, que se está construyendo a la vez que nosotros nos esforzamos por estudiarla, comprenderla, criticarla, teorizarla, compararla, abochornarla, humillarla y ensalzarla, porque trabajamos con ella, con la que existe y con la que está por venir.

Los horarios coinciden, mucho, y la duda que me sigo planteando cada mañana es a qué asignatura ir, ¿Lengua Alemana o Crítica Literaria?, ¿Gramática Alemana o Principios y Métodos de la Literatura Comparada?, ¿Historia de la Lengua Alemana o Literatura y Cine? Decidirse parece fácil. Y lo sería si no fuera por las obligaciones.

Acostumbrarse a otra vida universitaria parecía difícil y agobiante, y me da que va a ser duro, pero divertido.