jueves, 31 de mayo de 2012

Calle Prado (I)

Por la ventana abierta entran las voces de la calle, el sonido de los vasos de quienes, en las terrazas de los dos bares que están junto al portal, beben y pasan la noche, ahora que aún no hace un calor sofocante, mientras el camarero, bajito, moreno, no demasiado fuerte, recoge las sillas que han ido quedando vacías. Algún que otro coche pasa junto a ellas de vez en cuando, borrando las risas por un instante, breve pero demasiado extenso.

La luz es la justa, dentro y fuera. No se necesita más para ver. Algunas ventanas, iluminadas, muestran vida en unas casas que hasta ahora me habían parecido vacías, siempre. Pero ahora ya no, ahora que sé que pronto no estarán ahí, como el árbol que cae en el bosque y que nadie ha visto caer, por lo que no ha caído, ahora, digo, es cuando las veo. Cuando sé que no tendrán vida, porque sólo serán recuerdo. Y los recuerdos no laten.

La ventana seguirá abierta un tiempo, dejará entrar la luz y las voces, el ruido de los coches y las risas de madrugada de quienes vuelven a sus casas con el peso del alcohol en el cuerpo y los bolsillos vacíos, de quienes persiguen un sueño y saben que no lo encontrarán, pero no saben que lo saben.

Esta calle está, pero también es, aunque pronto deje de ser, para sólo estar y haber sido.

viernes, 25 de mayo de 2012

Encierro Facultad de Geografía e Historia

Los actos simbólicos se suceden en todas partes, como una epidemia inocua, con la esperanza de que se preste atención en ellos, en la calle, pero de momento se consigue poco.

Mañana aparecerá Botín por Salamanca, parece ser, irá al Edificio Histórico mientras que los alumnos siguen encerrados en la Facultad de Derecho, mientras yo escribo esto desde el aula 14 de la Facultad de Geografía e Historia a las 4.11 de la noche.

Planto aquí el manifiesto que hemos redactado, ¿para qué? Pues quizá para demostrar que somos unos cuantos (75 estábamos aquí metidos) y que, aun en época de exámenes, alguna molestia nos tomamos:


Comunicado de la Asamblea del Encierro en la Facultad de Geografía e Historia
Salamanca, 25 de Mayo 2012
Facultad de Geografía e Historia


Reunidos en asamblea, los alumnos  encerrados en la Facultad de Geografía e Historia manifestamos:


Nuestro rechazo unánime al Real Decreto-Ley 14/2012, del 20 de abril, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo.  La crisis económica no puede ser excusa para recortar en educación. Este ajuste supone un atentado contra el Derecho a la Educación Pública como pilar básico del Estado de Bienestar. El Estado debe mantener la igualdad de oportunidades en educación.


Asimismo, nos oponemos al resto de recortes en el sector social que suponen un menoscabo de otros derechos básicos y, como parte de la Comunidad Universitaria, apoyamos la creación de espacios públicos de reflexión crítica e intelectual sobre estos temas.


Sabemos que la situación económica actual hace necesario otro modelo de gestión de los recursos disponibles, sin embargo, esta gestión no debe, en ningún caso, lesionar la igualdad de acceso ni la calidad de la educación.


Con estas ideas en mente, exigimos un compromiso firme (por escrito) a las autoridades de la Universidad, la Junta y el Gobierno con los siguientes puntos:
- No subir las tasas universitarias.
- No establecer condiciones diferenciadas para estudiantes extracomunitarios.
- Aumentar el número de becas y no endurecer las condiciones para su obtención.
- Mantener todos los puestos de trabajo.
- No congelar ni destruir plazas de profesores en la Universidad.
- Anular la distinción entre profesores docentes y profesores investigadores.
- Cubrir todos los puestos de personal jubilado.
- Antes de nombrar nuevos catedráticos, estabilizar a los ayudantes doctores.
- Establecer un sistema de remuneración de profesores que permita relacionar la calidad de la docencia con el sueldo recibido.


Consideramos que esto es posible si se acompaña de medidas como:
- Aumentar el máximo posible la transparencia en la toma de decisiones de la Universidad con la creación de portales web accesibles a todos donde se publiquen los datos relacionados con los gastos de la Universidad.
- Mayor control de gastos dentro de las Facultades. Creemos que es deber de todos gestionar de forma responsable los recursos de la Universidad.
Tras una reflexión conjunta hemos llegado a la conclusión de que hay gastos que sí se podrían eliminar, como los siguientes:
- Actos ceremoniales y festivos dentro de la Universidad.
- Campus de Excelencia.


En caso de disponer de fondos extraordinarios proponemos invertir en los siguientes aspectos:
- Profesorado cualificado.
- Mejora de infraestructuras y medios.
- Servicio de bibliotecas: ampliación de horarios y material, así como espacios para albergar nuevos fondos.


Sin menospreciar el acto simbólico que los rectores realizaron plantando al Ministro de Educación, José Ignacio Wert, creemos conveniente exigir una mayor implicación contra las medidas que se están tomando en perjuicio de la calidad de la educación pública y un rechazo de ellas, por escrito. Y recordamos que,  igual que los rectores desean ser informados y consultados a la hora de tomar decisiones, los alumnos, profesores y personal administrativo deseamos formar parte de la gestión universitaria.


Si no se atiende a nuestras peticiones, seguiremos en lucha defendiendo el derecho a una educación pública, universal, laica, gratuita y de calidad.


Suscribe,
Asamblea del Encierro en la Facultad de Geografía e Historia.

martes, 22 de mayo de 2012

¿La pública, de luto?

Hoy, más que de huelga, estoy de luto.

Me pregunto si esta huelga llevará a algún sitio, además de a que los trabajadores que hoy no han ido a sus puestos de trabajo pierdan algo de su sueldo. Seguramente no.

No porque el problema es, como siempre, la burocracia, los tiempos, la legalidad, el hundimiento de la ética. Mientras ellos tengan el dinero y nosotros lo necesitemos, la única opción es trabajar por menos, aguantar, o saltarse la legalidad y optar por la acción y la desobediencia civil. Y no es que esté a favor de la violencia, por supuesto, pero no hay manera de acabar con esto razonando, ¿o es que nadie se da cuenta de que no importa cuántos llenen las calles, cuántos salgan a gritar por sus derechos? La desobediencia civil es también, y más ahora, la resistencia pacífica, arriesgarse a los arrestos, al escándalo, pero, como están las cosas, ¿quién deja de estudiar para irse a las calles, a las plazas, a saltarse las vallas que bloquean el camino de la educación pública en favor de las avenidas de lo privado y, por lo tanto, programado por las mentes insalubres e insolidarias de los poderosos? ¿Quién va a hacer eso durante los exámenes (ahora que las tasas se irán a la galaxia más lejana) o durante el curso (ahora que la asistencia es más obligatoria que el comer)? ¿Quién va a arriesgarse a no tener nada en los tiempos en los que tener algo no es posibilidad para nada? Los estudiantes estamos cogidos por los huevos y con navajas de coleccionista rajando nuestros bolsillos. ¿Y los profesores? ¿Van a dejar su labor, su vocación (al menos eso se supone y se espera), enseñar y ayudar a pensar a la sociedad que más lo necesita? ¿Y si lo hacen, qué beneficios va a traer eso además de dar argumentos a quienes apoyan esto que está pasando?

El problema es el sistema. Si salimos a criticar a los bancos que se quedan el poder en la Universidad y necesitamos sus servicios para que nos paguen el sueldo del mes o para recibir una beca necesitamos una cuenta bancaria. Nos estamos haciendo un flaco favor. ¿Pero hay posibilidad de acabar con su hegemonía? ¿Hay manera de terminar con sus caprichos? ¿Cuál?

Lo de hoy no pasará de ser una imagen de un país al borde del colapso. Quizás. Un país en el que los derechos de los ciudadanos están por debajo de los derechos del dinero, en el que la educación pública será gratuita más que nunca, porque nadie, ni el Gobierno, pagará por ella, porque se tendrá que aprender en la calle, se tendrán que formar asambleas, clubes de debate, de lectura... y no por convicción ni ganas, que también, sino por necesidad. Desaparecerá la contra-cultura, porque alguien tendrá que ocuparse, en alguna parte, de la cultura, o se unirán más que nunca. Quién sabe.

Tendrán el dinero, tendrán el poder y sus hijos tendrán los trabajos hasta que de esos grupos de "no-educados", de esos indignados con el presente, salgan quienes sean capaces de llevar el futuro, que se habrán formado fuera de lo privado, fuera de lo público, en lo social. Pero para eso aún queda, y la única forma de ir echando leña al fuego que ha de calentar el caldo de cultivo es continuar saliendo a las calles, presionando, hundiendo los mercados con la imagen de un país que se cae por su propio peso y por las medidas que le impone un Ejecutivo que gobierna, sin llegar a la mitad de los votos, en mayoría absoluta.

Mientras en las calles la gente se mueve (nos movemos), en las casas seguimos leyendo, estudiando, preparándonos, yendo a las aulas cuando toca, haciendo los exámenes y aprobando como bien se puede, porque podrán robarnos la Univesidad, pero no la Educación, ni la educación. Mientras a Bankia se la rescata con millones de euros y a cada alumno se le piden unos cientos euros más por matrícula, ellos, Gobierno y banqueros, comen con cubiertos de oro y plata y se limpian en servilletas de seda. Pero España se prepara para la Eurocopa, y mientras los clubes deben cientos de miles de euros que no pagarán nunca, porque son "nuestro orgullo", los futbolistas, los trofeos, los profesores tienen más horas y menos sueldo, y menos plazas. Este país de catetos seguirá como sigue hasta que quien está en esas calles se dé cuenta de que salir no sirve de nada si no se actúa de otra forma, si el salir no se acompaña de provocación, de lucha activa: ¿tú me quitas? yo no te doy. Si quieren hundir la enseñanza pública, nosotros les ayudaremos, ya no más proyectos de investigación, ya no más nada, cada vez menos estudiantes de intercambio en nuestras aulas, demos al mundo la imagen que quieren dar de nosotros, cerrémonos en las aulas universitarias y abrámonos en las calles, nada de excelencia además de en los nombres y en los títulos (USal: Campus de Excelencia Internacional), seamos excelentes en la humildad de los barrios. Esto suena demasiado utópico y poco creíble, lo sé, pero la única solución para acabar con el sistema que oprime a quien estaría destinado a ser su heredero es salir de él, y salir de él y tener que estar a la vez dentro sólo puede hacerse de esta manera, dando una imagen mediocre desde la maestría.¿Útil? Quién sabe.

La Educación Pública como parámetro social agoniza y rescatarla no sé si está en nuestras manos, pero sí lo está salvar la sociedad civil educando públicamente.

jueves, 17 de mayo de 2012

Entrada absurda y necesaria.

Escribo esto casi por necesidad, por contar, porque los días en los que uno no puede hacer nada más que mirar por la ventana, escuchar la radio e intentar leer son lo más aburrido del mundo y, por supuesto, escribo aquí porque no puedo escribir en papel tirado en la cama. Y escribo sin tener muy claro de qué o siquiera para qué. No tengo nada que contar ahora mismo, o sí, quizá tantas cosas que no sé elegir una sola: ha sido el aniversario del 15-M y yo lo he visto en la prensa, sin poder salir a la calle; Francia tiene nuevo presidente, Hollande, de izquierdas, bueno, del Parti Socialiste, que sabemos que no siempre es lo mismo; definitivamente el curso que viene estaré en Alemania estudiando, en la ciudad de Beethoven, inscrito y todo ya en la Universidad del nombre kilométrico de la ciudad de una sola sílaba (lo que son las ironías, oigan); y otras tantas cosas (tijeras por aquí, recortes por allá...) de las que podría haber escrito en su día, no por contarlas, que para eso ya están los periódicos, en lo general, claro, sino por comentar y recrear, en palabras, un ambiente interno, una percepción sobre algo en concreto, un tema o una situación, que es lo que he venido haciendo hasta ahora en el blog. Pero resulta que no he tenido tiempo, y ahora que lo tengo, más o menos y por obligación, dicho sea de paso, no tengo nada que contar y escribo. ¿Lógica, dónde estás?

Dice mi profesora de Narrativa Alemana del S.XX, Ofelia de aquí en adelante para lo que queda de blog, que la literatura no se acabará nunca porque todos tenemos la necesidad de contar y de que nos cuenten historias, y yo hoy lo veo claro, más claro que nunca, quiero decir, ¿si no, a qué narices viene esta entrada insulsa y absurda? A nada, pero si no la escribo, reviento. Aunque bueno, para contar lo que estoy contando, que no tengo nada que contar, no sé yo qué tal. Bien es cierto que podría no publicarla y dejarla ahí, entre el grupito de los borradores, aunque no sé si eso satisfaría la necesidad de contar que me ha entrado, vaya. 

Ale, ya está, necesidad satisfecha a medias.