domingo, 25 de abril de 2010

Desde aquí hasta cualquier otra parte.

El canto a la vida en comunidad nunca se me ha dado excesivamente bien. Tampoco a la vida en solitario. La combinación perfecta está siempre por llegar. El tiempo no deja espacio para nada, y si lo deja, lo necesario empieza a caer encima como si te hubieras aposentado bajo el Salto del Ángel. Pero no es menos la fuerza con la que nos agua la fiesta el grupo de cosas banales que encontramos a nuestro alrededor.

El problema llega cuando lo banal y lo necesario se entremzclan, sacando a relucir una suerte de hiedra forjada en autoconfianza, miedo y autocrítica escasa.

Las fronteras, otra vez, vuelven a evadir su responsabilidad, por suerte, y para desgracia de quienes tememos una verdad peripatética.

Que Dios nos libre

Que Dios nos libre de los comerciantes
sólo buscan el lucro personal

que nos libre de Romeo y Julieta
sólo buscan la dicha personal

líbrenos de poetas y prosistas
que sólo buscan fama personal

líbrenos de los Héroes de Iquique
líbrenos de los Padres de la Patria
no queremos estatuas personales

si todavía tiene poder el Señor
que nos libre de todos esos demonios
y que también nos libre de nosotros mismos
en cada uno de nosotros hay
una alimaña que nos chupa la médula
un comerciante ávido de lucro
un Romeo demente que sólo sueña con poseer a Julieta
un héroe teatral
en connivencia con su propia estatua

Dios nos libre de todos estos demonios

si todavía sigue siendo Dios.


Nicanor Parra

martes, 6 de abril de 2010

Matanza encubierta¿?

Tengo entre mis manos, recién salido de la editorial, un libro que agarraré con bastantes ganas: La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda (LibrosLibres, abril 2010). Esta mañana he entrado en una librería para preguntar por un libro que tengo intención -no sé si dinero- de regalarlo, y he visto en la puerta el anuncio de este libro. Le he echado un vistazo y lo he comprado. 19 euros con descuento del 5% incluído, pero bueno,, merece la pena, al menos, saber lo que pasó en aquella, desde entonces, terrible plaza de toros de Badajoz, y ahora Palacio de Congresos de Badajoz. Pinta bien, con fotos, cartas de la época y artículos publicados en distintos periódicos de todo el mundo. Lo, entre comillas, "disfrutaré", pues no sé si es posible disfrutar de un libro tan catastrófico y desagradable, eso sí, queda el consuelo de estar, como poco, algo más cerca del no-desconocimiento. Vale.

jueves, 1 de abril de 2010

Mentiras

La mayor mentira de este mundo acecha sólo cuando cierras los ojos ante la realidad del presente, cuando no queda papel higiénico en el baño y la faena está hecha, o cuando sales a la calle bajo un sol más reluciente que nunca y ves que no tenías que haber quedado el abrigo en casa.

La mayor mentira de este mundo está ahí, siempre, así que, en realidad, no es falsa, se nos avisa, se nos da señales de cómo es, se nos dice cómo viste, cómo habla, qué suele decir y con quién va la mayoría de las veces. Esto no es como la primera menstruación -con perdón a las mujeres- que no sabes cuándo llegará, no, esto no es así, porque no llega, simplemente está ahí, buscándonos entre la multitud, y nosotros lo sabemos, pero nunca, nunca hacemos caso a lo que leemos, a lo que nos dicen, nos creemos superiores en materia gris, pensamos, si es que llegamos a pensarlo, que a nosotros no nos va a llegar ese día en el que nos demos cuenta de lo que realmente pasa a nuestro alrededor. Eso creemos, pero no es así. Ese día en el que realmente nos damos cuenta, no lo esperábamos, porque no hay que esperar, sólo observar, tenerlo controlado. Bien, pues ese día, que puede ser cualquiera, como la caprichosa pena de muerte en Japón, llega, o más bien, se descubre, porque llegar ya había llegado mucho antes. La mentira tiene sus cartas, y siempre son mejores que las del resto de los jugadores: full de ases y ases; no esperarías que la mentira no hiciera trampas, ¿no? Con trampas se gana en este mundo: esa es parte de la mentira.