Termina el 2011, pero no termina sólo un año, también una era(?), la de la sociedad del bienestar.
Felices recortes.
sábado, 31 de diciembre de 2011
lunes, 19 de diciembre de 2011
Versos encontrados: III
III
Recuerdo meses después el aeropuerto:
aquella sala estrecha y cálida,
ajena al frío y a la nieve
que se amontonaba
en las calles y los coches y las sombras.
Recuerdo que me dejé al sueño,
que la espera en solitario
no era sólo física, y el cansancio
y el alcohol
acabaron con los párpados y con el miedo.
Recuerdo haber mirado el reloj sin ver pasar el tiempo eterno,
pero también haber odiado
la espera de la vuelta,
la despedida de nadie y el encuentro
con la realidad
sólo tres horas más tarde,
en otro aeropuerto
con otras calles y otros coches
y más sombras.
M.A.R.
martes, 13 de diciembre de 2011
Suiza en Salamanca
Esta tarde ha comenzado en la Facultad de Filología el seminario "Suiza: 4 lenguas, 4 culturas", que tiene lugar cada dos años en la Universidad de Salamanca.
Esta tarde han intervenido Pedro Lenz y Gerhard Meister, dos autores de lengua alemana, dos freie Schriftsteller (escritores libres, un concepto que se refiere a que son escritores, y ya, que no hacen nada más para ganarse la vida que escribir, ya sea libros, columnas en periódicos, etc. No tengo muy claro el concepto, y no me parece que en España haya nada parecido), y mañana intervendrán Pierre Lepori, de lengua italiana, Antoine Jaccoud, de lengua francesa, y Anita Decurtins-Capaul, directora de la editorial "Casa Editura Rumantscha", especializada en la publicación en retorromance.
Y por la tarde habrá una representación, una especie de performance en la que los autores tomarán la palabra de otros escritores suizos, especialmente en una de las lenguas que no dominen, porque lo importante es la diversidad suiza, la unión de la literatura en sus autores y en sus variedades lingüísticas.
Esta tarde han intervenido Pedro Lenz y Gerhard Meister, dos autores de lengua alemana, dos freie Schriftsteller (escritores libres, un concepto que se refiere a que son escritores, y ya, que no hacen nada más para ganarse la vida que escribir, ya sea libros, columnas en periódicos, etc. No tengo muy claro el concepto, y no me parece que en España haya nada parecido), y mañana intervendrán Pierre Lepori, de lengua italiana, Antoine Jaccoud, de lengua francesa, y Anita Decurtins-Capaul, directora de la editorial "Casa Editura Rumantscha", especializada en la publicación en retorromance.
Y por la tarde habrá una representación, una especie de performance en la que los autores tomarán la palabra de otros escritores suizos, especialmente en una de las lenguas que no dominen, porque lo importante es la diversidad suiza, la unión de la literatura en sus autores y en sus variedades lingüísticas.
viernes, 9 de diciembre de 2011
Desde Tallín
En la época de las tecnologías, de las velocidades, de los microrrelatos consecuentes, a mi buzón siguen llegando cartas, paquetes con libros que hacen miles de kilómetros para acabar en una estantería del cuarto de Zafra sin que, muy probablemente, nadie lo consiga leer nunca.
Las cartas que recuerdan que el mundo es más personal de lo que nos hacen creer estos cacharros que, hipócrita yo, utilizamos cada día, y los libros -otro principito- que nos dicen que, en millones de sitios se cuentan las mismas historias, que nos ayudan a entender que el mundo no es tan diferente como nos lo muestran, que lo importante no son las ciudades, sino sus habitantes, los que leen esas historias, y las cuentan.
Los mitos permanecen, cambiando, evolucionando o destrozándose, siempre. El Principito quizá no sea aún un mito, pero su figura empieza a ser mitológica, y su presencia en cientos de lenguas de todo el mundo, lo demuestra.
Desde Tallín, ciudad desconocida por los pies que me sostienen, pasando por Holanda, Väike Prints, una edición azul, preciosa, del principito en estonio.
Gracias, ubetense.
Las cartas que recuerdan que el mundo es más personal de lo que nos hacen creer estos cacharros que, hipócrita yo, utilizamos cada día, y los libros -otro principito- que nos dicen que, en millones de sitios se cuentan las mismas historias, que nos ayudan a entender que el mundo no es tan diferente como nos lo muestran, que lo importante no son las ciudades, sino sus habitantes, los que leen esas historias, y las cuentan.
Los mitos permanecen, cambiando, evolucionando o destrozándose, siempre. El Principito quizá no sea aún un mito, pero su figura empieza a ser mitológica, y su presencia en cientos de lenguas de todo el mundo, lo demuestra.
Desde Tallín, ciudad desconocida por los pies que me sostienen, pasando por Holanda, Väike Prints, una edición azul, preciosa, del principito en estonio.
Gracias, ubetense.
lunes, 5 de diciembre de 2011
Cervantes de Nicanor.
Se conocía el otro día que el Cervantes se lo dan a Parra. A ese escritor peculiar y fuera de serie que entiende la literatura de una forma bien distinta a la del resto de escritores de este mundo. O al menos de una forma distinta de la de los escritores conocidos de este mundo.
Que Parra era un completo desconocido entre mis lecturas hasta hace poco más de un año y medio y que, a pesar de haber leído y releído Páginas blancas (Ed. Universidad de Salamanca) una y otra vez sigue siendo desconocido, es algo que quiero dejar bien claro.
Fue en Literatura Hispanoamericana, esa asignatura optativa de primer ciclo, donde apareció la obra de este señor como una mala tormenta, rompiendo todos los moldes posibles y sin la capacidad para llegar a entenderla. Aquello parecía de broma. Uno llega a la Universidad creyendo que todo es seriedad, que lo que no es bellísimo no tiene cabida en el mundo literario, pero se equivoca. La poesía de Parra no es lo que toda la poesía ha sido, es un paso más en la ruptura de los tópicos, incluso del pasado histórico-literario. Es una genialidad absurda y elocuente. Es la obra de alguien muy concreto, con más valor que timidez, con una mente muy propia.
Nicanor Parra es, más bien, un proceso, no un resultado.
Que Parra era un completo desconocido entre mis lecturas hasta hace poco más de un año y medio y que, a pesar de haber leído y releído Páginas blancas (Ed. Universidad de Salamanca) una y otra vez sigue siendo desconocido, es algo que quiero dejar bien claro.
Fue en Literatura Hispanoamericana, esa asignatura optativa de primer ciclo, donde apareció la obra de este señor como una mala tormenta, rompiendo todos los moldes posibles y sin la capacidad para llegar a entenderla. Aquello parecía de broma. Uno llega a la Universidad creyendo que todo es seriedad, que lo que no es bellísimo no tiene cabida en el mundo literario, pero se equivoca. La poesía de Parra no es lo que toda la poesía ha sido, es un paso más en la ruptura de los tópicos, incluso del pasado histórico-literario. Es una genialidad absurda y elocuente. Es la obra de alguien muy concreto, con más valor que timidez, con una mente muy propia.
Nicanor Parra es, más bien, un proceso, no un resultado.
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