domingo, 30 de enero de 2011

Diálogos de peluquería I. Reencuentros.

Por fin he ido a la peluquería a quitarme los pelos que empezaban a estorbarme, y, por suerte, he aprendido a decirle al peluquero lo que quiero y no me ha hecho ningún destrozo. Difícil de creer, lo sé, pero es verdad, de hecho casi nadie se ha dado cuenta de que me falta pelo y yo noto más que mucho la diferencia.

Pero a lo que iba. En estas conversaciones que se tienen en las peluquerías -sí, los peluqueros de hombres también las tienen- ayer escuché algo que me sorprendió bastante y que le dio un empujoncito sentimental -o no sé si tanto- a mi espíritu últimamente poco cariñoso con el ser humano y más bien apático. Cínico, diría yo. Pero bien, sigamos. El caso es que

ha entrado un señor de unos setenta y cinco años, con el pelo completamente blanco, una tripa de jubilado bastante dadivosa y una voz ronca que parecía el motor de un tractor. No sé realmente cómo empezó la cosa, pero, de repente, escuché que su hija había encontrado vag(¿ue?)ando por Internet una foto de su hermano con una chica, o mejor, una foto de una chica con su hermano. Le mandó un email a la susodicha y han conseguido, tras diez años de falta de relación, contactar con este chaval. Han hablado varias veces por teléfono, y en marzo, decía, va a ir a verlo, a él, a su esposa y a sus hijas, a California. Nunca he montado en avión, comentaba, y sé que son muchas horas, pero al fin voy a volver a ver a mi hijo, a conocer a mi nuera y a mis nietas, que son preciosas, que he visto fotos que le ha mandado a mi hija por Internet; siete y nueve años me y que tienen. Y me pareció ver que de sus ojos corría una lágrima que iba a parar en su sonrisa de padre orgulloso, de padre, por fin.

sábado, 29 de enero de 2011

Algo más sobre las pájaras

Di noticia hace poco de un proyecto que me asombró. Hoy podemos ver ya el vídeo que muestra el resultado de todo ese trabajo.



Una vez más, enhorabuena y suerte, María.

PD: Después de lo del día de la paz, esperaba que alguna señora hablara del Espíritu Santo. Me quedé con las ganas.

miércoles, 26 de enero de 2011

Versiones de ética

"No queremos a una buena persona que haga de hijo de puta; queremos a un hijo de puta que haga de buena persona"

No sé de dónde ha salido.


"Los concerns y los trust no están interesados en que sus agentes sean personas honradas, sino en que sean personas que sepan aparecer como honradas legalmente."

Arturo Barea, de La llama

lunes, 24 de enero de 2011

Conversaciones con café

Justo el día que uno termina los exámenes tiene, además, la extraña oportunidad de un reencuentro más que agradable. Exentos de personajes guillotinables o aniquilables, los cafés están siempre bien, mejor, pues, si van acompañados de una conversación amena y un(a) buen(a) interlocutor(a).

¡Benditos cafés!

viernes, 21 de enero de 2011

¿Locuras de biblioteca?

Que empiece a gustarle a uno la literatura medieval no es tampoco tan extraño. Mirar cosas para especializarse en ello, ya es un poco más raro.

,,Ze Wórmez bí de, Ríne / si wónten mít ir kráft.
in díente vón ir lánden / vil stólziu ríterscáft
mit lóbelíchen éren / unz án ir éndes zít.
si stúrben sit jáemerlíche / von zwéier édelen fróuwen nít.''

("En Worms, junto al Rin, residían con su poderío. Muchos caballeros de sus feudos, orgullosos y de intachable reputación, les sirvieron hasta su fin. Murieron después miserablemente por el odio de dos damas.")

miércoles, 19 de enero de 2011

Pensar en exámenes

"Incluso vivos sentimos la absurda necesidad de llorar la muerte."

Pájaras junto al acueducto

Hace un par de días me llegaron noticias de algo un poco extraño. Al principio pensaba que las pajaritas querían dominar el mundo, pero viendo con quién estaba todo relacionado, pensé que lo peor que podrían hacer los dichosos animales de papel sería aparecer en un buzón por sorpresa. No sería la primera vez.

Que alguien hiciera cosas como esta es algo que nunca pensaba que fuera a ver, y, realmente, sigo sin verlo, pero sé que existe.

Ideas para este mundo que se acaba. ¡Vaya ironía más necesaria!


Me hubiera gustado estar, verlo, sentirlo, pero me bastará -no queda más remedio- con este pequeña felicitación-agradecimiento. Y de paso, mucha suerte, María.

lunes, 17 de enero de 2011

Descansos y libros

He abandonado el estudio por unos minutos esta tarde, y me he acercado a la librería a la que suelo ir siempre, a la que está más cerca de mi Facultad y que, en el fondo, es casi parte de ella, pues tal es la cantidad de literatura y lingüística que ahí hay, que uno se siente como si estuviera en una biblioteca de consulta con libros vírgenes. He comprado un libro, porque me sentía con ganas, y, aunque iba buscando El manuscrito sellado, me he venido con otro, porque no estaba.

"Cuando el señor, también conocido como dios, se dio cuenta de que a adán y eva, perfectos en todo lo que se mostraba a la vista, no les salía ni una palabra de la boca ni emitían un simple sonido, por primario que fuera, no tuvo otro remedio que irritarse consigo mismo, ya que no había nadie más en el jardín del edén a quien responsabilizar de la gravísima falta, mientras que los otros animales, producto todos ellos, así como los humanos, del hágase divino, unos a través de mugidos y rugidos, otros con gruñidos, graznidos, silbos y cacareos, disfrutaban ya de voz propia."

Caín, de José Saramago

martes, 11 de enero de 2011

Volver a esto

Hoy, después de un par de meses sin hablar con él (estos horarios y trabajos... en fin), me ha alegrado mucho su llamada, y más con la noticia de que reanuda su vuelta al mundo del blog. Cambia cambia de dirección, pero seguirá siendo el mismo. Recomendado: http://gustaftown.blogspot.com/

Bienvenido a casa.

sábado, 8 de enero de 2011

Hoy converso con Miguel

Ya terminó el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, pero hoy encuentro otro homenaje que, por lo que supone, me ha gustado más que muchos otros, y es que el rap se acerca a muchos de los que apenas conocen al poeta.

viernes, 7 de enero de 2011

Sobre trenes y compañías

Desaparece el Talgo Extremadura. No es una noticia nueva, es de hace ya un mes, más o menos, pero escribo hoy sobre ella, con más calma, sin el cabreo que me cogí en su momento.

Los nostálgicos como yo nos entristecemos con noticias como esta. El único tren serio que recorría las vías extremeñas entre Madrid y Badajoz, dice adiós. O mejor, lo dijo.

La primera vez que tomé uno fue en julio del año pasado, en la estación de Atocha, con una suerte de emoción extraña: los asientos eran casi como sillones de casa, por lo amplios y por lo cómodos, la luz era la suficiente, la película regular, pero el silencio inmenso. La segunda vez me enamoré: la chica que iba sentada a mi lado me contó su historia, mientras yo miraba himnotizado la desnudez de sus piernas infinitas y la perfección de sus manos aparentemente suaves; tenía unos labios pintados de un rojo intenso que hacía más patente su justo volumen y que dejaban salir una voz suave, que nunca se elevaba, y que pronto me pareció hermosa. Esa misma vez sufrimos una tormenta de verano. Era agosto y el cielo se caía sobre nuestras cabezas, los rayos no volaban demasiado lejos del tren, y a ella le encantaba. A mí también.

Siempre me ha gustado el tren, por unas cosas o por otras, y siempre he visto en él una especie tradición y mitología. Ahora que no hay Talgo, lo que veo es la desvergüenza de los políticos. Una desgracia. Vale.

sábado, 1 de enero de 2011

A 1 del 1 del 2011

Es tarde ya bastante cerrada, y el día ha dado poco de sí por esta manía tan propia de dormir hasta las tantas. Creo que todos los primeros días del año son los más cortos, casi todo el tiempo que los vivo son oscuros, algo que, por otro lado, a los amantes de la noche no nos agobia demasiado.

Todo el mundo ha hecho sus promesas, sus propósitos, ha pedido sus deseos... Yo no he hecho nada de eso. El único propósito que tengo es vivir más según me apetezca, el único deseo es tener más tiempo para vivir según me apetezca, la única promesa, vivir.

Suena, tal vez, absurdo, cínico, apático, egoísta o hastiado. Seguramente sea todo eso y cualquier otro adjetivo que decidáis poner en la lista, pero, aún así, creo que la felicidad no es tan difícil de alcanzar, y la buscamos en los lugares en los que otros creen que se encuentra. La felicidad no (me) depende de vivir al límite durante unas pocas horas. No. Últimamente creo que la felicidad está en el viaje de ocho horas para ver una sonrisa, en las noches en vela delante de un libro en alemán que quizá nunca llegue a entender del todo, en las luces concretas y puntualizadas de las casas silenciadas de pasos inmaduros y en la cara de la gente que disfruta de cualquier manera.

Ayer, con un café sobre la mesa, en una conversación a dos voces, le decía a mi interlocutor que me acerco más a la absurda inmadurez adulta que a la vida que, socialmente, me correspondería por edad. No objetó nada.

Querido 2010 que desapareces, no me da pena que te hayas ido, porque si no te hubieras ido no podría llegar el año actual y con él quién-sabe-qué, quizás más Berlín, seguro más Alemania, tal vez menos gente y ciertamente más libros.

Después de cosas así la gente suele preguntarme si soy feliz, yo contesto absolutamente fiel a la verdad que sí, ¿y entonces? es la siguiente pregunta, y, como un tópico muy arraigado en la conciencia, repito la felicidad está en las cosas pequeñas (muy Piedrahita todo).