lunes, 17 de enero de 2011

Descansos y libros

He abandonado el estudio por unos minutos esta tarde, y me he acercado a la librería a la que suelo ir siempre, a la que está más cerca de mi Facultad y que, en el fondo, es casi parte de ella, pues tal es la cantidad de literatura y lingüística que ahí hay, que uno se siente como si estuviera en una biblioteca de consulta con libros vírgenes. He comprado un libro, porque me sentía con ganas, y, aunque iba buscando El manuscrito sellado, me he venido con otro, porque no estaba.

"Cuando el señor, también conocido como dios, se dio cuenta de que a adán y eva, perfectos en todo lo que se mostraba a la vista, no les salía ni una palabra de la boca ni emitían un simple sonido, por primario que fuera, no tuvo otro remedio que irritarse consigo mismo, ya que no había nadie más en el jardín del edén a quien responsabilizar de la gravísima falta, mientras que los otros animales, producto todos ellos, así como los humanos, del hágase divino, unos a través de mugidos y rugidos, otros con gruñidos, graznidos, silbos y cacareos, disfrutaban ya de voz propia."

Caín, de José Saramago

3 comentarios:

  1. Qué bueno es ese libro madre de Dios.

    ResponderEliminar
  2. Ya me dirás si merece la pena ese libro, que no tengo muy buena experiencia con mis intentos leyendo a Saramago, me termina saturando >.<

    Un beso y suerte con los exámenes^^

    ResponderEliminar
  3. El manuscrito sellado es para un churretín un libro curioso. Ahora bien, como novela es muy mejorable. No lo compres, no merece la pena.
    Saludos.
    PPK.

    ResponderEliminar