lunes, 27 de diciembre de 2010

Sobre gustos y carreteras

Me gusta viajar. Me gusta el hecho de viajar. Me gusta sentir que bajo mis pies el mundo avanza. Me gusta sentarme en el asiento 56 del tren en Sevilla y aparecer en Granada horas más tarde. Me gusta mirar por la ventana cuando viajo. Conducir, despacio, por las calles de cualquier ciudad, conocida o no, en semisomnolencia, es un placer recién descubierto y actualizado día a día. Me gusta que el coche esté vacío, o que la gente calle, y se escuche la radio, sin más, y se desplace sin miedo y sin agravio por una carretera, mejor curvada que recta, mejor lenta que rápida, mejor por placer que por necesidad.

Me gusta conducir, lo reconozco, me gusta pero sin impaciencia, sin la presión de quienes pitan y pitan, de quienes corren, de quienes luchan con los demás por hacerse un hueco al adelantar, de quienes miran con violencia a los demás... Me gusta que la luz de los faros del coche avance en la oscuridad de la noche, en algún camino perdido y bacheado que llega a nosesabedónde. Me gusta. Me encanta.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Ser o haber sido

A mis espaldas aún está la cama sin hacer de un domingo sin resaca y con descanso. Las sábanas ya se han aireado lo suficiente como para poder hacerla: hace más de seis horas que dejé de dormir ahí, y aún así siento la extraña necesidad de verla deshecha. Sólo hoy.

Esta habitación que ya no me pertenece más que por los libros y la luz y el escritorio. Esta habitación que ya no es mía sino de lo que fui, del niño que ya ha muerto y a veces quiere renacer pero no sabe cómo ni dónde ni tampoco por qué o para qué. Ni cuándo. Es en esta habitación donde la luz aún habita sin mí, donde apenas puedo ser yo sin haber sido, donde el presente se vuelve pretérito sin futuro, donde, si lo pienso bien, no quiero ser, sino haber sido y, tal vez, empezar a ser, sin volver o seguir siendo.

sábado, 25 de diciembre de 2010

De cabeza

Si penoso para la cabeza es no tener hombros, peor es para el cuerpo no tener cabeza.” 


De Cantar de la hueste de Ígor, anónimo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Contra el frío

El jueves salí. Me lo pasé medianamente bien, sí, para qué nos vamos a engañar. Pero alguien, en un acto de rebeldía contra el frío, decidió llevarse mi abrigo, que era bien calentito, y dejarme a mí a cuerpo frente a los pocos grados que hubiera a las seis y media de la mañana. Todo un detalle.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Antologías cercanas y un poema

Leyendo en esta blogosfera descubre uno cosas bastante interesantes, eso no se duda, pero pocas veces le son tan cercanas las publicaciones que se realizan y en las que, afortunadamente, no todos los contemplados quedan tan lejos.

Paula Campos y Álex Chico. Una por alguna que otra cerveza y el otro por alguien, su hermano, que lleva un camino parecido y bastante más cercano a mí, son la gran noticia del día. En la colección de poesía 3x3, de la que se presentan los libros 2 y 3 el próximo jueves, aparecerán poemas de los dos y, además, ambos en el número 3.

Enhorabuena.


Ciudad del hombre

me pregunto
por qué sé describir tan justamente
ese país en el que nunca he estado.

Juan Antonio González Iglesias



Volvería a este lugar
si lo hubiese habitado.
Buscaría mi exacta conciencia,
recordando nuevamente mi rostro
en cada esquina.
Ocuparía el atardecer
para que la ciudad me retomara,
rescatándome desde la tierra,
si pudiera,
como a un hijo suyo.
Si perteneciera a este paisaje,
plegado entre los valles que la concentran,
la voz de algún pariente me reconocería,
y volvería a hablar conmigo.
Yo me sentiría un ser prolongado,
asumido entre su especie.

Pero nunca he habitado este lugar,
mi paso por aquí no es más que un espejismo.
No he construido esta tierra,
ni puedo ocupar –es imposible - el silencio que la nombra.
Las aguas que la circundan no me pertenecen
y las voces que creí escuchar de mis parientes
anuncian, en otra ciudad, el final de este viaje.

(Álex Chico, de La tristeza del eco)

viernes, 10 de diciembre de 2010

(Sin)razones de peso

"¿Por qué ha de triunfar el hombre en lo que tiene de hormiga cuando fracasa en lo que le iguala a los dioses?¿O es éste el límite de sus designios?"

Los bandidos, Friedrich von Schiller

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Sobre la casa

Parece raro moverse demasiado sin ningún motivo concreto. En las últimas semanas lo que menos he hecho ha sido comer en casa, por ejemplo, aunque realmente ahora no sé qué considero exactamente casa. Tal vez casa sea Salamanca de una vez por todas, o quizá siga siendo Zafra. A lo mejor casa es ahora España, esta península de locos (ex)caballeros andantes, o posiblemente sea Europa en general. No lo sé, y no sé si me preocupa mucho saberlo, pues creo que tengo algo claro, y es que en cualquier sitio, últimamente y siempre que tenga un libro, uno se siente como en casa. O eso o que alguien vaya a por uno a la estación y no le deje vagar solo por este mundo cada vez más indómito.

A veces está bien tener tantas casas y una sola vida.

martes, 30 de noviembre de 2010

Sueños desvelados

"Nunca se debe mirar a una persona que duerme, es como si abriéramos una carta que no ha sido dirigida a nosotros".

Sacha Guitry (Dramaturgo francés)

lunes, 15 de noviembre de 2010

Postales belgas

Uno, a veces, se lleva sorpresas que ni siquiera imagina, no ya por imposibles, sino por impensables. Ese ha sido el caso de hoy. Hace poco advertí por aquí me encantaban las postales, que me hacía ilusión ver la letra de alguien escrita en un pedazo de cartón que ha viajado por un trozo de mundo metida entre otras tantas cartas y papeles, entre sobres que contienen facturas, órdenes de desahucio o cartas de algunos pocos románticos encargados de no hacer desfallecer el correo ordinario y personal.

Hoy, hace unos minutos, cuando he abierto la puerta del portal, he visto sobre el buzón de la comunidad, una postal con un sello de color rojo intenso, como los labios que le imagino, por las últimas fotos que he visto, a la remitente; con una imagen de Bélgica, de Brujas, de ese país aún por conocer -aunque mi doble viajero sí que haya estado por allí-. Y esto sí que no lo esperaba.

Lo mejor es que aún no sé cómo ha conseguido la dirección, por mucho que le faltara el 2ºA.

A veces, la gente te sorprende incluso para bien, incluso la que conoces poco. Gracias.

María, nos vemos en alguna estación de Salamanca.




PD: Por cierto, claro que mi blog dice la verdad.

De casa en patria

En Alemania es otoño. Uno de esos otoños en los que las hojas caen de los árboles, de verdad, de los que todo lo que rodea los árboles son hojas y más hojas, y no es el verde el color que lo domina todo. Alemania nos presenta la variedad del otoño, de la vida que se resucita, la que se va para volver a nacer poco después. El otoño es la magia de la vida circular y tranquila. Alemania es el cambio de prioridades.

Cada vez que vuelvo de allí, me siento más lejos de la tierra a la que llego. ¿Será acaso que tampoco es Salamanca mi casa? En Alemania uno se siente unido a la ciudad, al horario, a la vida, y se pregunta si podrá, en un futuro algo próximo, caminar por aquellas calles camino al día a día.

Volver a Alemania es viajar Extremadura; salir de Extremadura para ir Alemania es como salir de casa.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Entrada número cien

Esta es la entrada número cien de este blog, el más longevo de los que he comenzado, y quería escribir algo sobre mi reciente paso por Alemania, pero quería que tuviera algo de especial relacionado con el número de la entrada, así que he decidido dejar una extraña mezcla de las dos cosas:

,,Viele Jahre später sollte der Oberts Aureliano Buendía sich vor dem Erschießungskommando an jenen fernen Nachmittag erinnern, an dem sein Vater ihm mitnahm, um das Eis kennenzulernen''

Gabriel García Márquez, de ,,Hundert Jahre Einsamkeit''


Porque me hizo ilusión encontrar el libro en alemán.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Cambios mensuales

El mes no se presenta, para nada, parecido a lo que sería un mes normal. No. Es el día uno de un mes que voy a pasar, si todo sale bien, más fuera que dentro, de España, más p'ahí que p'aquí. Noviembre será, espero, un mes para recordar. Habrá que coger trenes, aviones, dormir en lugares desconocidos y variados, pero hay una cosa que, muy extrañamente, no faltará: el agua. Yo, de secano, de tierras sin agua, navegarédesde el Tormes hasta el Rin, y luego desde el Tormes al Mediterráneo y desde allí hasta el Mar del Norte y el río Göta.

Curiosamente uno nunca ha sentido la necesidad de ver agua para sentirse libre.

sábado, 23 de octubre de 2010

Vacíos

La necesidad de llenar un hueco vacío, eso es lo que me impulsa a escribir hoy.

Llevo todo el día frente a esta pantalla escribiendo unas cosas u otras, y eso que prefiero el papel, pero parece que todo se alía contra mí para que no pueda disfrutar de la suavidad de un folio en blanco bajo la mano que lo ensucia. Quizá sea una imagen más odiosa o terrible que bella, pero bueno, qué le vamos a hacer, a mí me gusta, y no pienso cambiar de parecer.

"El mundo habrá acabado de joderse el día en que los hombres viajen en primera clase y la literatura en el vagón de carga". Lo saqué hace poco de un libro, de la página 368, pero no sé de cuál. ¿Importa mucho quién lo escribió?

sábado, 16 de octubre de 2010

Proyectos

¿Para qué vamos a parar de hacer cosas, verdad? Hace poco se inauguraba una página conjunta que anuncié por aquí, el Piso de Marta, y ahora se inaugura otra, también conjunta, en la que, tras un tema propuesto, cada uno de los participantes tiene un espacio más o menos extenso de tiempo y un límite de doscientas palabras para dar una opinión, una crítica o lo que vaya tocando -dejemos fuera de lo de tocar elementos corporales, por favor-. Reflexiones sin contexto ya está aquí.

Espero dar noticia pronto de otro proyecto sureño, andaluz si nadie lo evita, que me ha gustado mucho, pero del que aún tengo poquita información.

Bienvenidos.

domingo, 10 de octubre de 2010

Otoño y cumpleaños

Uno, como todos, estaría bueno, va cumpliendo años. No es mi mayor pasión esa de cumplir años, bueno, más bien la de celebrarlo. Como mucho me junto con estos energúmenos a los que tengo por amigos y salimos a tomar algo, vamos, lo de siempre. Mi madre saca sus fotos de cuando servidor andaba a gatas, o de cuando el triciclo aún era más grande que yo y dice, innegociablemente desde hace varios años: "¡ais, cuando eras así!", "¿Cómo has podido crecer tanto?" y cosas por el estilo. La nostalgia, dice. Yo, mientras, poco tengo que hacer además de seguir con la Literatura Alemana. Este año sí, ha habido regalos que, no puedo evitarlo, me han encantado: Cuentos irradiados, un libro que me ha gustado más por lo que simboliza que por lo que en sí es; Travesuras de la niña mala, del recién estrenado Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa; unos calcetines, que siempre vienen bien; una bufanda, que las adoro y que, si nada lo impide, me hará compañía por tierras más al norte que esta piel de toro cuando la deje en noviembre; y un par de viajes, esos de noviembre. El mejor regalo es que los cumpleaños no cambien, que sigan siendo como son, sin sobresaltos, sin grandezas, con la gente de siempre, con los libros de nunca, con la tranquilidad del otoño. En otoño, dicen, caen las hojas y es un mes triste, por tanto. A mí me gusta el otoño, me gustan las hojas en el suelo, las que caen, esos árboles que, hartos y saciados del sol del verano, van a a la siesta en pelotas. Y las nueces. Y las avellanas. Y las noches junto al brasero y un libro en las manos. Eso sí que no va a faltar este año, los libros.



Por cierto, David, gracias. Y sí, vamos a perdernos teatro y eso no está nada bien, pero bueno, como compensación nos llevan a Madrid por -casi- la voluntad. Aceptaremos las disculpas, ¿no?

domingo, 3 de octubre de 2010

Vientos de agua

Hoy se llueve a sí mismo. El día se lava la cara y desaparece entre sus nubes. El agua avisa: El otoño no piensa volverse atrás. Menos mal.

Delante de mi casa, plantado por mi madre, hay un olivo que resiste los golpes del viento como puede. Aún joven su tronco no es más ancho que mi pierna, aunque bastante más frondoso de lo que cabría esperar de un olivo con un solo lustro de vida. Las aceitunas que colgaban de sus ramas, ahora ruedan por el suelo a merced del aire, que se entretiene jugando con ellas, con las verdes, incluso con algunas pocas negras que han madurado demasiado pronto.

Hoy llueve sobre nuestras cabezas. Nuestras cabezas han vuelto a dejar de importar. Vuelve a llover con fuerza. Sopla el viento como pocas veces lo hace por aquí.

viernes, 1 de octubre de 2010

Ingenios de pizarra

Según la pizarra del aula A27:

"La Torre de Pisa no está inclinada, está cursiva"

Terminaremos viéndolo todo como si fueran letras. Acabaremos locos. Seguramente ya lo estemos.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

Postales gotemburguesas

Pocas cosas le hacen más ilusión a un servidor que abrir el buzón y encontrar un sobre con la dirección escrita a mano, en este caso unas letras cuidadosas y claras, con mi nombre escrito como ni yo ya hago por costumbre burocrática, y todo a pilot negro. En la esquina superior izquierda aparece, en el sello, un palacio asentado sobre una especie de pradera, sospecho que verde -todo es en blanco y negro- y que "reza" -tomemos al dinero ahora mismo como un dios-: SVERIGE 12 KR. Sobre este sello, una pegatina/sello que, sobre fondo azul, dice: PRIORITAIRE 1:a-klassbrev. Seis días ha estado viajando este sobre por Europa según el matasellos. Seis días para que yo pudiera ver la imagen de la "Kristine kyrka" (Iglesia de Cristina) de Gotemburgo.

En la foto no se ve más que la iglesia bajo un cielo azul y sin nubes, y a la orilla del cauce del río Göta, según me escriben. No puedo, tampoco quiero, quejarme -demasiado- de Salamanca, pero ya me gustaría recorrer todo lo que imagino alrededor de lo que hay aquí.

Gracias, Neila.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Alienígenas en la ONU

Sospecho que no creo en extraterrestres, o quizá sí, pero lo que sé que no creo es que se vayan a presentar aquí de un momento a otro, principalmente porque ya sabemos que los planetas cercanos a la Tierra, la vida es imposible, al menos tal y como nosotros la concebimos, y tendrían que atravesar espacios de años luz para venir a tomar café con nosotros, y es aquí donde viene mi segunda pega, como dijo alguien, creo que fue Winston Churchill, "la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el Espacio es que nadie ha intentado contactar con nosotros". Pero bien, parece que en la ONU lo ven cercano, supongo que ya están imaginando cómo será el aterrizaje de la nave espacial delante del edificio de la Organización en Nueva York, porque, claro, están seguros, como lo estaban los judíos de que el Dios que esperaban -curiosamente estos también van a venir del cielo- iba a aparecer en un palacio, pero no, se les apareció en un pesebre perdido. ¿Qué pasaría si, arriesgándose los alienígena a pisar este planeta habitado por criaturas temibles, lo hicieran en un lugar perdido de África, o en la Selva Amazónica? ¿A quién y en qué lengua le pedirían a estas pobres gentes que les llevaran a su jefe? En inglés no, porque los nativos no lo hablarán, pero seguro que los bichitos verdes sí, al ritmo que vamos...

Por el bien de los neptunianos, marcianos, mercurianos o quien sea que vaya a venir, espero de todo corazón que no aterricen en los países desarrollados, seguramente acabarían muriendo de asco, de odio o de sobredosis, y eso sí que sería un gran problema.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

De decisiones

"¿Vamos a tutearnos o no? Bueno, ya se verá."

Este tipo de indecisiones sólo se dan en estos tiempos que corren.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Re-nacimiento

Hoy es día 20 de septiembre de 2010. Ha empezado, por lo tanto, mi segundo curso en la Universidad. No pinta nada mal el curso: todas las asignaturas me gustan, al menos sus nombres. Por orden de horarios, y teniendo en cuenta que Teoría de la Literatura ha sido, hoy y para mí, inexistente gracias al magnífico personal -no sé si programa informático o individuo- que hace los horarios, la primera en llegar ha sido Literatura Alemana.

Con ganas, con bastantes, o muchas, nunca demasiadas, la primera clase de Literatura Alemana ha empezado fuerte -"Das Hildebrandslied" con interpretaciones varias sobre los personajes y sus actos; genial aunque inesperado-, pero con una clase en corro para poder comentar bien los textos, con una profesora que nos trata de usted y que escucha, permanece seria y acto seguido sonríe, uno no sabe por qué.

La segunda ha sido la de Lengua Italiana, seguramente la asignatura menos apetecible -para mí- de todas las que aparecen este año en la matrícula, pero bueno, se hará lo que se pueda para poder leer el "Decameron" en versión original, como las películas.

La tercera y gran sorpresa ha sido la asignatura, a priori, más relajada de todo el año: Introducción al Teatro Español. Pinta genial, con un profesor que, según David -y yo lo corroboro- es algo así como el House de la Literatura, un tipo más cínico de lo que podría parecer y con una voz más que atrayente. Eso sí, gracias a esta clase he visto y comprobado que los grados son peor y más detestables de lo que uno espera. Gracias por ofrecernos la oportunidad de ser un poco más analfabetos, gobiernos.




Salamanca está como siempre: llena de estudiantes, de libros, de chulos con aires de poeta, de airados chulos, de poetas que necesitan tomar el aire, de faldas cortas y faldas muy cortas, de turistas y de borracheras. Lo echaba de menos, no todas, pero sí varias de estas cosas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Hypocritarum

Se lee hoy en el periódico Público, en un artículo titulado "El Papa saluda por primera vez a una sacerdotisa":

"El escenario elegido resaltaba la idea de reconciliación histórica entre el Estado británico y la Santa Sede. Westminster Hall, en el Parlamento, es el lugar donde en 1535 fue juzgado y condenado a muerte Tomás Moro por traición a Enrique VIII.

Santo Tomás Moro -canonizado en 1935- es un símbolo católico del creyente que desafía al Estado por ser fiel a su conciencia."

¡Qué lástima que, cuando hoy en día, alguien, un musulmán, por poner un ejemplo fácil, desafía al Estado o a la Iglesia, sea abucheado por los mismos que, a otros, consideran héroes! Suerte tuvo Tomás Moro. Vale.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Estaciones I

La gente que espera en las estaciones, ¿qué piensa?

Acabo de llegar a Salamanca, ya estoy de vuelta en casa, esperando a una compañera -Almudena- que me va a ayudar a subir todas las cosas a casa, aunque creo que eso ella no lo sabe, en la estación de autobuses.

En esta estación, como en todas, hay besos, muchos, de todos los tipos posibles: apasionados, carnosos, húmedos, violentos, de compromiso, helados, de reencuentro, asqueados, útiles, sutiles, cálidos, cariñosos, estúpidos, duros, alegres, pobres, tristes, amargos... Besos.

En la sala de espera la gente se amontona esperando que su autobús aparezca por la carretera, un vehículo que los lleve a casa o les ayude a escapar de la monotonía, a un lugar mucho menos conocido, quizá. A veces el autobús lo transporta a uno a un lugar mucho más espiritual que físico, como atravesando las fronteras entre la geografía y la imaginación. Salamanca es una especie de imaginación geográfica, al menos de momento, el camino impasible hacia la libertad con la que uno sueña y sólo a veces existe.

Y hoy, además, me ha llegado la noticia de que pronto recibiré una postal desde Suecia. Ojalá, en un futuro próximo, durante un par de días, pueda yo ser quien las mande desde allí.

La estación se llena de gente que al final, nunca acaba volviendo: No puedes pisar dos veces una misma estación.

lunes, 6 de septiembre de 2010

jueves, 2 de septiembre de 2010

Dependencia

"Cada vez que el reloj da la hora, él la canta y dice el tiempo que hace: <<¡Las dos y... sereno! ¡Las dos y... nublado! ¡Las dos y... lloviendo!>>. Cuando hay sequía y las gentes del pueblo temen perder la cosecha, si el sereno canta la hora y llueve, los vecinos se despiertan unos a otros y se asoman a los portalones para mojarse ellos también. Algunos se van a sus campos, para ver si es verdad que en ellos cae el agua y no sólo en los de los vecinos."


Arturo Barea, La forja, de la Trilogía La forja de un rebelde.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Entre ideas y colores

Andaba buscando un programa completo de 59 segundos sobre la crisis, la reforma laboral y el caso Garzón emitido el 19 de mayo en el que aparecía Julio Anguita con sus impecables modales y su coherencia y, una cosa lleva a la otra, ya lo sabéis, he terminado viendo un vídeo casi vomitivo, como casi todos, de Intereconomía. De vergüenza. Una cosa es ideología y otra maltrato: pobrecitos, los cornearía el toro en su juventud.

Una parte de lo que buscaba.

martes, 31 de agosto de 2010

A alguna máquina

Todos lo sabemos, pero parece que la voz del pueblo sigue sin oírse en los despachos insonorizados de los políticos, ya sean extremeños o estatales. Déficit de servicios, retrasos, mal estado de las vías, malos horarios, trenes más que antiguos... Uno de los periódicos más importantes de la región, el HOY, se hace eco de la noticia que todos sabemos desde hace años. El AVE no es la solución, no, no habrá quien pueda pagarlo. Seguro que usted sí, señor Vara.

Y querrán que sigamos callados. Ego dixi.

lunes, 30 de agosto de 2010

A ritmo de muñeira

De vuelta en casa, tras pasar un apretadísimo fin de semana en Galicia. El grupo de gallegos que nos acogió merece un diez, y Galicia sigue sin querer mojarse cuando estoy de visita. Es la cuarta vez que me paso por el noroeste peninsular y la cuarta vez que veo un sol radiante, aunque es verdad que -y siento rebatir la opinión de Jessica- por allí el calor está más bien de paso: con la temperatura que hizo el día que estuvimos en Santiago de Compostela es con la que soñamos aquí para poder dormir por la noche, es más, allí he tenido que arroparme, aquí necesito pegarme el ventilador a la cama -unos 37º ayer noche-.

Galicia sigue verde, y, aunque llena de turistas, bella. El sábado paseé por las calles de Santiago como no lo hice la otra vez que estuve, sí, entré un rato en la misa del peregrino por motivos extrarreligiosos y a los quince minutos -y tras ver que el arzobispo estaría suspenso en Alemán Oral si yo fuera su profesor-, me fui a disfrutar de las calles de piedra que los turistas no saben que existen, porque Santiago es más que la Plaza del Obradoiro y una catedral, por muy bonita, gótica, flamígera e impresionante que sea. Entré en una librería de segunda mano y estuve a dos euros de comprar un libro de poesía gallega, en gallego, por supuesto. Me gustaron las banderas que rezaban "Eu nom te espero!" en un barrio que, imagino y en parte deseo, estaría lleno de estudiantes -cerca de las Facultades de Geografía e Historia y Filosofía- y de las que, por suerte, no tengo fotos. Al salir de la misa una amiga me dijo que le dejara la cámara, que quería hacerle fotos a la Catedral -estudia Historia del Arte y era la primera vez que estaba allí, así que se la dejé-, y no pude negarme; al principio me arrepentí un poco, pero cuando me di cuenta, estaba disfrutando de verdad del paseo, parándome a mirar, a leer, con el único recuerdo de la memoria, quizá una excusa para volver, quizá el conocimiento de que más vale vivir que ver. Sea como fuera, espero no tardar en volver.

jueves, 26 de agosto de 2010

Viajes I

Me gusta viajar, tener la sensación de que el espacio que separa dos puntos puede recorrerse fácilmente, las curvas en las carreteras, la suavidad o el traqueteo del tren -según en qué zona del país lo pilles-, dormir en los autobuses, ver cómo cambia el paisaje a medida que te alejas del punto de partida, los despegues y los aterrizajes -el resto del vuelo me parece muy aburrido-, leer en tren y mirar cada poco por la ventana, leer en el autobús y que quien se siente a mi lado me deje -o si no lo hace, que al menos no me deje empezar-, pisar ciudades que no conocía, o pisarlas con un nuevo espíritu, un nuevo ánimo.

Me gusta viajar. A destiempo.

Esta noche Galicia será el destino, Pontevedra. Me gusta Galicia, sus leyendas, su lengua, su paisaje, su acento, su lluvia, su gente, su mar, su vida.

Me gusta viajar a Galicia. ¿A destiempo?

miércoles, 25 de agosto de 2010

Esto ya lo he vivido

Todas las noches hacemos los mismo: plaza y vino con granizada de limón, después una cerveza en un bar tranquilo y acogedor en el que los camareros nos conocen y ya saben lo que vamos a pedir con sólo mirarnos a los ojos.

El verano, en el fondo, es dejar la monotonía habitual por la monotonía vacacional. Si lo piensas bien -lo pienso-, he dedicado el verano a leer como jobi -cada uno escribe como quiere, ¿vale?- y durante el curso la función básica era leer, ya fueran libros o textos de cualquier tipo, es más, durante el curso leí más, bastante más, que durante las vacaciones; tampoco podemos decir que no haya salido estando en Salamanca, y básicamente lo que tomaba es lo mismo que tomo ahora sólo que el limón del vino no llegaba a ser hielo y la cerveza me la cobraban a precios bien distintos; así que, si te paras a pensar -me paro-, lo único que me ha traído el verano ha sido echar de menos a la gente de Salamanca y la tranquilidad de una terraza en mitad de una plaza y una suerte de vientecillo agradable a cualquier hora del día. Tampoco está tan mal volver a casa, aunque sea lo mismo año tras año. Uno tiene la seguridad de estar en casa cuando sabe lo que va a pasar por la noche y aun así lo espera con ansiedad.

domingo, 22 de agosto de 2010

Dificultades ¿supra/sub?normales

Esta noche no podía dormir. Hacía calor, pero como siempre por estas fechas y en estas coordenadas geográficas -38° 25′ 0″ N, 6° 25′ 0″ W-. No, no era el calor lo que me impedía el sueño. Tampoco eran mis pensamientos sobre aquello que mueve a los humanos, ni hay chica que ahora atormente mis días y se aparezca en mis sueños, semidesnuda, o desnuda del todo, o simplemente tomando una taza de café, con las piernas cruzadas e infinitas y suaves a la vista -lo del tacto queda para momentos más íntimos y poco probables-. No, no era nada de eso. Tampoco es que hoy tuviera examen y estuviera nervioso, o que hoy sea un día importante, al menos no más importante que el resto de días que no se van a repetir a lo largo de la historia. 


Hay dos cosas que me joden de todo esto:


1. Nunca me ha pasado, siempre cojo rápidamente el sueño.
2. Si me pasa que por lo menos tenga sentido, ¿o qué?




Sigo con Cien años de soledad, pero no por mucho tiempo. Ya va siendo hora. Vale.

lunes, 16 de agosto de 2010

Unas manos para la mudanza

Los comienzos siempre son difíciles, cargados de cambios, de contratiempos, de esperas, de indecisiones... Cuando uno cambia de casa, o mejor, cuando uno se instala por primera vez solo en una casa, aparecen los problemas que antes no se veían: hay que hacer la compra más veces de lo que parecía, la sal en la comida se nota, limpiar suele ser necesario al menos una vez a la semana, la luz no se (a)paga sola, el baño, con el uso, curiosamente y a pesar del agua, se ensucia... Pero para llegar a estos puntos de absoluto conocimiento de la vida de soltero, con o sin compañeros de piso, es necesario, primero, hacer la mudanza, y yo hoy me he propuesto ayudar en una. No sé si mi ayuda será mucha o poca, quizá sólo estorbe entre cajas y armarios, entre peluches y libros, pero bueno, creo que merecerá la pena ayudar, aunque sea con esta entrada, para que todos, vosotros y yo, podamos disfrutar de algunas buenas veladas en El piso de Marta.

Espero que deis mucha juerga en el edificio.

domingo, 15 de agosto de 2010

De vuelta de tuercas

Berlín no es la ciudad del amor. Tampoco es la capital de la ingeniería alemana. Solamente es -y el adverbio es más bien irónico- la capital cultural de Europa en los tiempos que corren: Los cines al aire libre se reparten por todos los distritos; los músicos callejeros, quizás procedentes de buenas orquestas, se acomodan en las esquinas, regalando música por el módico precio de pararse a escuchar y "la voluntad"; el arte se recorre, se encuentra pegado en las paredes, en el suelo, pintado en los muros, clavado en los árboles, en la gente; los museos están rodeados de colas de más de cinco horas al sol; la vida nocturna, la que no es de discoteca, que esa no la conozco, es agradable, variada, ingeniosa; las galerías de arte se esconden en cada rinconcito de la capital germana; las librerías de segunda mano no se buscan, aparecen. Y la historia, su historia no es más que la historia, aún latente, de las ansias de poder y la demencia de la raza humana, su presente, la comprensión del cosmopolitismo y la igualdad, la ecología, el desarrollo sostenible, el arrepentimiento.

Berlín, más que una ciudad hermosa, es una ciudad para disfrutar, para salir al balcón y respirar el aire limpio de una gran capital abarrotada de bicicletas más que de coches, de más perros que heces.

Como ha dejado escrito alguien por ahí: Berlin ist anders, una ciudad más para vivir y conocer que para visitar durante un par de días.




PD: No me apetece mucho escribir, como se puede notar, pero no quiero que se me acumule todo lo que tengo que contar de esta experiencia, así que ese es el principio.

sábado, 17 de julio de 2010

Berlin, ich liebe dich?

Mañana, por fin, mañana, conoceré la capital del país que me trae loco desde hace cinco años. No es por el país, sino más bien por todo lo que tiene, o ha tenido dentro en algún momento de su historia, que, al fin y al cabo, es la Historia con mayúsculas, al menos la reciente.

Berlín se presentará como una ciudad completamente nueva ante los ojos de un admirador que todavía no sabe en qué cantidad lo será. Me fascina antes de conocerla. ¿Es eso acaso buena señal?

Berlin, ich kenne dich noch nicht, und ich kann nicht mehr warten.

jueves, 1 de julio de 2010

De esas otras veces

A veces es más difícil hacer ver a uno mismo que a los demás, reconocer la debilidad propia, saberse inmortal, saberse prescindible en este mundo. A veces hay gente que te lo intenta hacer fácil.

viernes, 18 de junio de 2010

Acalla un poco la lengua portuguesa

Los que estaban en la caverna de Platón creían que no existía otra realidad más que las imágenes que se proyectaban en la pared. Creo que es lo que pasa hoy mismo. De alguna forma, estamos encadenados, mirando lo que ya no es. Me refiero al mundo de la política, de la economía, etcétera. Estamos recibiendo imágenes que a una parte del mundo le interesa que tengamos y las estamos aceptando. Y si hay un lugar donde eso se expresa rotundamente es en el mundo mediático. Por eso, ya casi no escribo para los medios.
No tengo mucha confianza en la eficacia de la reflexión a través de los medios. En el diario aparece una columna breve con una reflexión, perdida en un gran océano de cuatro o seis páginas de deportes, otras tantas de espectáculos y otras de novedades, curiosidades y chismes. El pensamiento y la reflexión merece un espacio mínimo en los diarios; como mucho media página. Y si hablamos de la televisión, directamente no existe.

José de Sousa Saramago

miércoles, 16 de junio de 2010

Sophie

Hoy, ahora, no sé por qué, y si lo sé no quiero decirlo, me ha venido a la mente una imagen, la de una niña pequeña, rubia, de ojos claros y voz aguda, que habla en francés. Enfundada en un pantaloncito azul y una camiseta blanca, rodeada de una especie de tela de cortina de colores y un paraguas gigante para su tamaño; Sophie se ha presentado en mi habitación, se ha sentado a mi lado, en un pequeño taburete que hay en mi escritorio, y me ha sonreído, con suavidad, con la delicadeza de una joven niña de tres años.

Es verdad que ya no tiene tres, sino cinco, y que seguramente ella no recuerde a aquel extraño que invadió su casa, que no hablaba su lengua, aquel tipo al que tenía que repetir una y otra vez los enunciados de una conversación bilateral en un francés de bajo nivel léxico.

Y ya digo, no sé por qué me ha llegado ese pensamiento a la cabeza, ha sido repentino, brusco, silencioso y sigiloso a un tiempo, pero también bien recibido. Me alegra acordarme de ella, de la ingenuidad de una niña, de una infanta que sueña arropada aún por sus padres, que mira al cielo y sólo ve nubes de felicidad, que no tiene que preocuparse por nada de lo que pase a su alrededor. Una pequeña que algún día será capaz de cocinar, de conducir un coche, y que, ahora, en los parques, aún es ajena al mundo, aún es feliz.

Me gustaría volverte a ver, ahora, Sophie, ahora que aún puedes ser feliz. Mientras tanto, no me recuerdes, no tengas conciencia de lo que es el mundo, sé humana, vive en tus parques y en tus juegos de infancia, vive con una sonrisa en los labios, vive, en definitiva, que ya tendrás tiempo para tener vida. Sigue sonriendo, así, y quédate si quieres en el taburete, pero no mires lo que hago, yo ya sé qué es la vida.

martes, 15 de junio de 2010

Jugar a no volver

Qué extraña sensación es aquélla que nos invade cuando en casa nos sentimos extranjeros. El olor de las plazas nos resulta familiar, conocido, hasta estimulante y reconfortante; el sol, sofocante, nos pide a gritos que lo liberemos de los tópicos asesinos que le acechan y le respondemos con mangas cortas y gafas-anti-él, es el mismo calor de todos los veranos; las fuentes que brotan agua llaman al viandante a refrescarse con la familiaridad de la vida cotidiana; las piedras de las calzadas, las de las casas, los balcones, las estatuas, las iglesias, las plazas, las farolas y los parques nos conocen, están donde siempre, y la sensación que nos recorre cuando andamos por un lugar conocido, por casa, es infinitamente bella. Pero los escaparates no son los mismos, la gente no es la misma, y si lo es nos mira como si no lo fuera, el mundo activo sí que cambia, y no nos recibe con la sonrisa con la que lo hace el mundo pasivo, el patrimonial, no, lo hace como si nunca antes hubiéramos pisado estas calles, como si los semáforos sólo nos los hubiéramos encontrado en verde, como si de las voces de la pelea sólo nos llegaran los ecos.

Uno no logra encontrar su lugar entre la gente, sino en un punto geográfico concreto y, quizás allí también encuentre a esa gente.

Apátrida y sin saber por qué, empiezo ahora a ser inmigrante en Selene.

domingo, 6 de junio de 2010

Gustos raros

Me gusta todo lo que una persona pueda conseguir sin tener que comprarlo, y todo lo que pueda regalar sin tener que venderlo.

viernes, 21 de mayo de 2010

Ahora

Ahora que nada sirve,
y que todo vuelve a donde estaba.
Ahora que estas piedras negras del
petróleo que respiro se vuelven y se me lanzan
al tejado.
Ahora que sigo aquí, sentado,
sin hacer nada, sí, y con los ojos
entornados, y las manos cansadas de mirar.
Ahora, sólo ahora.

martes, 18 de mayo de 2010

Como cada noche
desde hace cierto tiempo
(dos años,
tres meses,
dos días,
y casi ocho horas),
anoto en mi cuaderno de ausencias
que no vienes,
marco con mi lápiz despuntado que no llegas
-y bien que te avisé que era importante-,
escribo mi cólera en el aire,
miro a otro lado para disimular mi enojo,
apunto obscenidades en tu nombre,
maldigo esta agonía
pequeña y repetida,
me siento
y lloro amargamente...


Mª Ángeles Pérez López, de Tratado sobre la geografía del desastre

martes, 11 de mayo de 2010

domingo, 9 de mayo de 2010

Muerte de un (casi) matador

Ana contempló a Don Frutos, el mísero tendido sobre la arena, ahogándose en un charco de sangre, como la que ella había visto en la plaza de toros, una sangre casi negra, muy espesa y con espuma...

Leopoldo Alas "Clarín", de La Regenta

sábado, 1 de mayo de 2010

Contrapulso

"Tenía aún los ojos llenos de llanto, pero cantaba de miedo."

Leopoldo Alas "Clarín", de La Regenta

domingo, 25 de abril de 2010

Desde aquí hasta cualquier otra parte.

El canto a la vida en comunidad nunca se me ha dado excesivamente bien. Tampoco a la vida en solitario. La combinación perfecta está siempre por llegar. El tiempo no deja espacio para nada, y si lo deja, lo necesario empieza a caer encima como si te hubieras aposentado bajo el Salto del Ángel. Pero no es menos la fuerza con la que nos agua la fiesta el grupo de cosas banales que encontramos a nuestro alrededor.

El problema llega cuando lo banal y lo necesario se entremzclan, sacando a relucir una suerte de hiedra forjada en autoconfianza, miedo y autocrítica escasa.

Las fronteras, otra vez, vuelven a evadir su responsabilidad, por suerte, y para desgracia de quienes tememos una verdad peripatética.

Que Dios nos libre

Que Dios nos libre de los comerciantes
sólo buscan el lucro personal

que nos libre de Romeo y Julieta
sólo buscan la dicha personal

líbrenos de poetas y prosistas
que sólo buscan fama personal

líbrenos de los Héroes de Iquique
líbrenos de los Padres de la Patria
no queremos estatuas personales

si todavía tiene poder el Señor
que nos libre de todos esos demonios
y que también nos libre de nosotros mismos
en cada uno de nosotros hay
una alimaña que nos chupa la médula
un comerciante ávido de lucro
un Romeo demente que sólo sueña con poseer a Julieta
un héroe teatral
en connivencia con su propia estatua

Dios nos libre de todos estos demonios

si todavía sigue siendo Dios.


Nicanor Parra

martes, 6 de abril de 2010

Matanza encubierta¿?

Tengo entre mis manos, recién salido de la editorial, un libro que agarraré con bastantes ganas: La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda (LibrosLibres, abril 2010). Esta mañana he entrado en una librería para preguntar por un libro que tengo intención -no sé si dinero- de regalarlo, y he visto en la puerta el anuncio de este libro. Le he echado un vistazo y lo he comprado. 19 euros con descuento del 5% incluído, pero bueno,, merece la pena, al menos, saber lo que pasó en aquella, desde entonces, terrible plaza de toros de Badajoz, y ahora Palacio de Congresos de Badajoz. Pinta bien, con fotos, cartas de la época y artículos publicados en distintos periódicos de todo el mundo. Lo, entre comillas, "disfrutaré", pues no sé si es posible disfrutar de un libro tan catastrófico y desagradable, eso sí, queda el consuelo de estar, como poco, algo más cerca del no-desconocimiento. Vale.

jueves, 1 de abril de 2010

Mentiras

La mayor mentira de este mundo acecha sólo cuando cierras los ojos ante la realidad del presente, cuando no queda papel higiénico en el baño y la faena está hecha, o cuando sales a la calle bajo un sol más reluciente que nunca y ves que no tenías que haber quedado el abrigo en casa.

La mayor mentira de este mundo está ahí, siempre, así que, en realidad, no es falsa, se nos avisa, se nos da señales de cómo es, se nos dice cómo viste, cómo habla, qué suele decir y con quién va la mayoría de las veces. Esto no es como la primera menstruación -con perdón a las mujeres- que no sabes cuándo llegará, no, esto no es así, porque no llega, simplemente está ahí, buscándonos entre la multitud, y nosotros lo sabemos, pero nunca, nunca hacemos caso a lo que leemos, a lo que nos dicen, nos creemos superiores en materia gris, pensamos, si es que llegamos a pensarlo, que a nosotros no nos va a llegar ese día en el que nos demos cuenta de lo que realmente pasa a nuestro alrededor. Eso creemos, pero no es así. Ese día en el que realmente nos damos cuenta, no lo esperábamos, porque no hay que esperar, sólo observar, tenerlo controlado. Bien, pues ese día, que puede ser cualquiera, como la caprichosa pena de muerte en Japón, llega, o más bien, se descubre, porque llegar ya había llegado mucho antes. La mentira tiene sus cartas, y siempre son mejores que las del resto de los jugadores: full de ases y ases; no esperarías que la mentira no hiciera trampas, ¿no? Con trampas se gana en este mundo: esa es parte de la mentira.

domingo, 28 de marzo de 2010

Llano

Gravita sobre el espíritu la abrumadora impresión del desierto.

Rómulo Gallegos, de Doña Bárbara

martes, 23 de marzo de 2010

Génesis


Quiero crear un nuevo día,
un día de luz diáfana y opuesta
a la luz de las farolas,
un día falso pero hermoso,
existente sólo para mí
-o
para todos-,
pero un día que pueda tocar,
que tenga viento,
vértigo,
y nubes, y vida,
y recuerdos y labios de carmín,
un día irreal pero mío,
un día en el que tú aparezcas subiendo las escaleras de la Facultad,
o en que en la calle me cruce tu sonrisa,
un día que no haya existido aún
-entonces no existirá si no lo creo-,
un día sin palomas que se arrastren bajo el cielo,
sin semáforos en rojo,
sin miedos al fracaso de la noche,
sin palabras atragantadas entre miradas
huidizas
y sonrisas
de cristal bohemio,
un día en que la prisa del alcohol
no evoque las distancias entre los
puentes
de hierro y
las dehesas secas bajo
un
sol
carnívoro y sin sombras,
un día con su noche
de estrellas -apagadas
o encendidas,
¿qué más da?- y
su luna inmóvil y fría,
rubia, escondida entre
montañas de verdes rutas de soledad.

viernes, 19 de marzo de 2010

Hoy quiero...

No es fácil escoger entre un abanico enorme de posibilidades de cualquier tipo, no es fácil decidir si lo que quieres es jugar al fútbol, al balonmano, al baloncesto, al tenis, al voleibol o tocar el piano, o el violín, o la guitarra, o el clarinete. No es fácil nada de esto porque no estamos hechos para tomar decisiones que puedan afectar de una u otra manera a nuestro futuro, sólo a nuestro presente. Hoy quiero jugar al rugby, pero mañana no sé qué querré. He descubierto un nuevo instrumento, se llama fagot, hoy quiero tocarlo, pero tres días después ya el fagot no nos gusta, y lo que queremos es unos patines para jugar el hockey. Cuando somos niños, sólo pensamos en el presente, en una satisfacción inmediata, nos importa una mierda la semana que viene, incluso nos importa una mierda si no sabemos las normas, queremos hacer algo y lo hacemos.

Cuando crecemos, a veces, tomamos decisiones con la misma agilidad. Eliges empezar a estudiar un idioma sin saber nada sobre él, sin tener ni idea de su pronunciación o, incluso, de dónde se habla. Empiezas por cosas de la vida, por momentos de búsqueda de inflexión, a ir a una clase en la que la mitad de la gente tiene motivos para hacer lo que hace, tiene motivos para llevar a cabo la misma acción que tú haces por una especie de autoapuesta, pero, al fin y al cabo, tú sigues haciendo algo, sigues ahí, y cada día que pasa estás más convencido, sea por lo que sea, o menos, también sea por lo que fuere.

Nunca viene mal un cambio, innovar un poco, decidirse por algo a la ligera, probar. Nuestra vida no depende de cada una de nuestras decisiones. Hay elecciones importantes, muy importantes, simples decisiones o decisiones prueba. Recomiendo probar, a todos.

Hay cosas que no se pueden elegir y que, ésas sí, hay que tomarlas como son, y eso sí es buena o mala suerte. La vida depende en parte de la suerte y de la fatalidad, pero también en parte de nosotros mismos y nuestra causalidad activa.

Seamos vitales, mantengamos al menos una parte de nuestro niño despreocupado e innovador.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Contradicciones de la muerte

"Cuando el médico movió la cabeza con desconsuelo profesional, el enfermo se sintió mejor."

Alejo Carpentier, de Viaje a la semilla

lunes, 15 de marzo de 2010

Hay...

Hay que seguir caminando, hay que seguir escribiendo, hay que seguir leyendo... para que el mundo no se haga más pequeño.

David Grossman

viernes, 12 de marzo de 2010

Noticias tristes a este lado de la realidad

Los libros hoy tocan a muerto, huelen a muerto. No se dejan abrir: están de luto. Las letras apestan a muerto, dejan un sabor amargo con sólo intentar disfrutarlas. Y los puntos y las comas seguirán llorando.

Abro un libro tras otro; todos están vacíos. Ninguno dice nada comprensible. Gritan, lloran, se desgarran los lomos por la desesperación de saber que la lengua castellana y la Literatura han perdido una voz irreconciliablemente certera.


La noticia me ha llegado en un mensaje al móvil a la hora de comer, y ahora no sé si acababa de empezar o ya había terminado, lo que sé, es que tragar se hacía muy pesado y doloroso.


Vacío el cuerpo de Don Miguel Delibes; si vida quedará en sus libros para siempre.

viernes, 5 de marzo de 2010

"¿Mi hijo?: médico"

Ayer estuve en el dermatólogo, un señor de unos cicuentaytantos años, más o menos simpático, encorvado, gordote, con un montón de títulos colgados en la pared, profesor de dermatologogía en la Universidad, dermatólogo en el sistema sanitario público -ambas cosas por la mañana- y con una consulta propia -por la tardes-. ¿Para qué se supone que quiere los cien eurazos que me cobró por quince minutos si no tiene tiempo para gastarlos?

Las madres quieren que los hijos sean médicos por el dinero, ¿no? porque no piensan en sus -¿avaros?- hijos...

sábado, 20 de febrero de 2010

Don González

LAS PALABRAS INÚTILES


Aborrezco este oficio algunas veces:
espía de palabras, busco,
busco
el término huidizo,
la expresión inestable
que signifique, exacta, lo que eres.

Inmóvil en la nada, al margen
de la vida (hundido
en un denso silencio sólo roto
por el batir oscuro de mi sangre),
busco,
busco aquellas palabras
que no existen
-quizá sirvan: delicia de tu cuello…-
que te acosan y mueren sin rozarte,
cuando lo que quisiera
es llegar a tu cuello
con mi boca
-…o acaso: increíble sonrisa que he besado-,
subir hasta tu boca
con mis labios,
sujetar con mis manos tu cabeza
y ver
allá en el fondo de tus ojos,
instantes antes de cerrar los míos,
paz verde y luz dormida,
claras sombras
-tal vez
fuera mejor decir: humo en la tarde,
borrosa música que llueve del otoño,
niebla que cae despacio sobre un valle
-
avanzando hacia mí,
girando,
penetrándome
hasta anegar mi pecho y levantar
mi corazón salvado, ileso, en vilo
sobre la leve espuma de la dicha.


Ángel González

viernes, 19 de febrero de 2010

Sobre los adoquines

Paseaba por una calle céntrica de una gran ciudad, desconocida hasta el momento en el que apareció ante sus ojos la estación, con sus andenes, sus pasajeros, sus maletas, y fue poner un pie en un adoquín y sentirla como suya. Ya entonces empezó a temer la vuelta, intentó buscar cualquier excusa para permanecer allí sólo unas horas más, las más absurda le servía: no me ha dado tiempo a entrar en aquella cafetería, esperaré hasta la tarde y tomaré allí un café.

Más tarde no fue el café sino una tienda, dar de comer a unas palomas, una chica a la que tenía la intención de ver al día siguiente, en el mismo sitio, como si se tratara de un periódico, como si ella estuviera dispuesta a aparecer por la misma calle, a la misma hora, y hasta con la misma ropa. Poco a poco fue dando excusas, y el aire extravagante y a la vez desinteresado que lo rodeaba cuando se encontraba en el último escalón de la escalerilla del tren, se fue convirtiendo en una casualidad de intriga y bohemia interesada que lo envenenó en poco menos de una semana. Es maravilloso reencontrarse, pensaba, reencontrarse a uno mismo justo donde nade sería capaz de reconocernos, en medio de tanta gente y cerca de tantas vidas desconocidas. Vivir.

jueves, 18 de febrero de 2010

Soy un poco despistado

Vaya viaje de mierda, es lo que ando pensando ahora mismo. Sí. Vaya mierda de viaje.
Para una vez que el autobús sale puntual de Salamanca, todo lo demás se tuerce. Para empezar hemos estado a punto de matarnos en una rotonda, se nos ha cruzado un camión a toda leche y ha tenido que frenar el conductor de una manera que no es ni medio normal, pero bueno, estamos vivos. Llegamos a Cáceres. Ahí empieza lo bueno, o más bien, lo desconcertante. Voy a bajar del autobús y me doy cuenta de que no llevo el monedero, así que vuelvo a por él, lo cojo, salgo del bus y me pongo a organizarme las cosas que llevo metidas en los bolsillos: teléfono, llaves, billete del viaje, mp3, y aire. ¿Dónde narices está el monedero! Vuelvo a subir al autocar, a ver si es que lo he dejado al final en la mochila, que con el despiste que tengo… Nada. Abro el maletín del ordenador, me pongo a sacarlo todo, desesperado. Nada. Miro debajo de los asientos, en ellos, en el maletero de arriba: tampoco nada. Salgo fuera, miro por los bancos con la esperanza de que esté por allí, caído en el suelo: tampoco, nada. Voy al servicio, y mientras voy, meto las manos rápidamente en todos los bolsillos: sólo aire y desesperación. Vuelvo al bus, el conductor me mira con mala cara: quiere irse a tomar un café, pero a mí me da igual, quiero mi monedero, y no por el dinero, porque veinte euros no me suponen tampoco gran cosa, pero el resto de cosas sí: el DNI, la tarjeta del médico, el bonobús -con la pereza que da ir a hacer otro-, el carné ferroviario, el de ALSA, ¡el de la USAL!, que si ya estuvieron cerca de cuatro meses para mandármelo, esta vez no creo que me llegue antes de mi cumpleaños -en octubre-. Pues bueno, mientras pienso todo esto sigo mirando por todos los bolsillos, reabriendo la mochila, el maletín, cagándome en mis despistes… Me acuerdo de las fotos que llevaba en la cartera… y ya, por último, me acuerdo de la tarjeta de crédito… Sigo buscando por todas partes, con la sensación de que no tengo nada, de que ahora mismo soy un completo desconocido -como si el DNI solucionara algo-, como si no fuera nadie, ahora mismo puedo ser quien quiera ser, no tengo nombre, no tengo edad, ni estudio, ni tampoco trabajo, eso sí, tampoco tengo dinero, y a lo máximo que aspiro es a llegar a mi casa, donde mis padres me den, al menos, comida. Pues bien, sigo pensando en todo esto, pensando que es imposible que haya perdido la cartera. A ver, repasemos: bajo del autobús ¿con el monedero en la mano? y me empiezo a tocar en los bolsillos a ver dónde tengo cada cosa, ¿después que he hecho con la cartera? Y aquí ya es donde empieza el problema, porque ni siquiera estoy seguro de que tuviera la cartera al bajar del bus. Y pensando esto he vuelto a subir, he vuelto a mirar y he vuelto a maldecir mi despiste, ¿en qué narices estaría metida mi mente para eliminar la parte que se centraba en el monedero, con el hambre que tenía? Pues eso, que he vuelto a subir, he vuelto a mirar y he vuelto a encontrarme con nada, con las ganas de tener en mis manos todas mis cosas, todo, el monedero, aunque fuera sin el billete azulito, y las dos o tres monedas que habría, que dudo que llegaran a los dos euros.
Y mientras pienso en qué puedo haber hecho -o pueden haberme hecho sin que yo me diera cuenta-, escribo esto, que parece que me ayuda a cagarme en mí pero en voz bajita, que ya tenía a todos mis compasajeros desquiciados de hablar cabreado por el móvil. Algún día perderé también la cabeza.

martes, 16 de febrero de 2010

Viaje a lo menos conocido

La Literatura Hispanoamericana es esa gran desconocida y con tanto renombre en todo el mundo dentro del grupo de literatura en lengua española. Encontramos poemarios, novelas, teatros, muy variados y de un sincretismo abrumador, poco estudiados, pero ¿quién no ha leído algo de Borges, de García Márquez, de Mario Vargas Llosa o de Monterroso -aunque sólo sea el cuento del dinosaurio: "Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí-? Es una literatura completamente libre, en la que las fronteras entre lo real y lo imaginario no es que sean diáfanas, no, es que son inexistentes dentro de la obra. Somos nosotros, lectores, los que ponemos las fronteras, pues no aceptamos que una persona esté sin comer siete años, no imaginamos que a alguien le salga una cola de cerdo, que se pueda sangrar durante varios días sin parar, o que, como se cuenta en "Viaje a la semilla", de Alejo Carpentier, se pueda vivir hacia atrás.

El estudio de Alejo y, concretamente de ese "Viaje a la semilla" me tiene más o menos ocupado y -más que menos- entretenido. Un cuento inverosímil, en el que no hay acción "jolibudiense", ni tampoco anécdota, pero en el que la historia transcurre completamente al contrario: se nace dentro de un féretro, se muere dentro de un útero. Vamos, como la vida misma.

El final dice así:

Cuando los obreros vinieron con el día para proseguir la demolición, encontraron el trabajo acabado. Alguien se había llevado la estatua de Ceres, vendida la víspera a un anticuario. Después de quejarse al Sindicato, los hombres fueron a sentarse en los bancos de un parque municipal. Uno recordó entonces la historia, muy difuminada, de una Marquesa de Capellanías, ahogada, en tarde de mayo, entre las malangas del Almendares. Pero nadie prestaba atención al relato, porque el sol viajaba de oriente a occidente, y las horas que crecen a la derecha de los relojes deben alargarse por la pereza, ya que son las que más seguramente llevan a la muerte.

"Viaje a la semilla", de Alejo Carpentier

sábado, 13 de febrero de 2010

Disfraz de diario

En Carnaval lo habitual es dejar de ser uno mismo, el yo corriente, para convertirse en uno mismo, el yo deseado. Lo habitual, por lo tanto, es hacer lo que nos gustaría hacer el resto del año y que, sea por vergüenza o criterio de lógica social, no hacemos. Y eso no lo digo yo, eso ha sido siempre así.

Por mi parte, me alegro de no necesitar los carnavales.

sábado, 6 de febrero de 2010

La noche vendrá, vendrá

No se suceden las noches y los días como en un reloj se preceden las horas. No son así. Las noches alargan la agonía de una luna desvirtuada. Están para ser vividas de un modo muy distinto a los días, o a las horas, a los simples años. Una noche es ella y su contrario; el descanso y el desenfreno, la soledad y la pasión compartida -también la egoísta-, la compañía desconocida y la selecta...

Suerte que las noches no terminan.

domingo, 31 de enero de 2010

Cementerios para los vivos

Es curioso ver cómo once pueblos, pequeños pueblos, de toda España buscan albergar en ellos al llamado ATC o, pasando de eufemismos, cementerio nueclear. Es curioso, digo, porque todos buscan beneficios en su emplazamiento; el dinero que produzca vivir junto a un cementerio de materiales radiactivos les valdrá a estos pueblos -en realidad sólo al pueblo ¿afortunado?- para sobrevivir. Y es curioso porque parece mejor vivir del dinero y el trabajo que da un cementerio nuclear, la vida junto a residuos radiactivos más que peligrosos para la salud, que trabajar de la agricultura, o la ganadería, o cualquier otra cosa. La excusa, o no, de la despoblación no es sino un problema de conciencia y moral social, de necesidades tecnológicas artificiales que sobreponen el dinero y el poder a la salud y la propia vida. Es curioso, sigo diciendo, que prefiramos en nuestra sociedad hacer peligrar nuestra salud por un puñado -grande, pero puñado al fin y al cabo- de millones, a buscar un cambio por el bienestar, difícil quizá, pero que no supondría una sumisión a los criterios de vida más atroces. Futuros habitantes del cementerio, tengo para vosotros una calificación tomada de un verso de Jaime Gil de Biedma: desenterrados vivos.

viernes, 29 de enero de 2010

Algo más de silencio

J.D.Salinger ha abandonado. Se ha largado, y muy probablemente sin decir adiós. 91 años sobre sus pulsaciones han dejado paso a la leyenda de sus libros, a su propia leyenda. Él no, pero su obra sí vagabundeará por este mundo hasta que lo acabemos destruyendo.


Seguramente hoy tengamos un monográfico entre varios blogs, pero sólo la personalidad de este maestro, lo merece.

domingo, 24 de enero de 2010

Luces del pasado

Hace un par de días descubrí una librería en la que sólo había libros usados, y claro, no pude reprimir el intento de entrar y echar una ojeada. Anduve mirando por Poesía, Teatro, Literatura Española, Literatura Portuguesa, Literatura Italiana, Rusa, Alemana, Filosofía, vamos, que lo desmenucé todito para acabar desesperado y con treinta libros que me hubiera llevado. Le pregunté al librero por Rilke, que no lo encontraba en Literatura Alemana y me llevó a él -estaba en Poesía Española, no sé por qué-, y allí descubrí en libro que me habían recomendado y que, como estudiante de Filología Alemana, tiene bastante valor: Réquiem y Las Elegías de Duino, en una edición en alemán y español. Una joya.

Dejo por aquí los primeros versos del "Réquiem a una amiga" -"Für eine Freundin"- en sus dos versiones

Ich habe Tote, und ich ließ sie hin
und war erstaunt, sie so getrost zu sehn,
so rasch zu Haus im Totsein, so gerecht,
so anders als ihr Ruf. Nur du, du kehrst
zurück; du streifst mich, du gehst um, du willst
an etwas stoßen, daß es klingt von dir
und dich verrät. O nimm mir nicht, was ich
langsam erlern. Ich habe recht; du irrst,
wenn du gerührt zu irgendeinem Ding
ein Heimweh hast. Wir wandeln dieses um;
es ist nicht hier, wir spiegeln es herein
aus unserm Sein, sobald wir es erkennen.



Yo tengo muertos y los dejé
y estaba asombrado viéndolos tan confiados,
tan rápidamente habitando en su estar-muertos, tan justos,
tan distintos a su fama. Solamente tú, tú regresas;
tú me rozas, tú andas vagueando, tú quieres
chocas con algo para que suene por ti
y te descubra. Oh no me quites
lo que lentamente aprendo. Yo tengo razón, tú yerras
cuando conmovida sientes nostalgia de alguna cosa.
Nosotros la transformamos;
ella no está aquí, la espejeamos desde nuestro ser
el aquende tan pronto como la reconocemos.


Reiner María Rilke

jueves, 21 de enero de 2010

Edukar

Acabo de terminar de ver la película Los Edukadores, como segunda vez, pero ésta en español, que en alemán no me enteré muy bien cuando la vi, hace cosa de un par de añitos, y no sólo me ha encantado, sino que me ha reafirmado, sobre todo con la frase final: "Manche Menschen ändern sich nie" (Algunas personas no cambian nunca). Sólo tiene un calificativo: Imprescindible.



Lo más curioso es que alguien siguió los pasos de esta película en Estados Unidos, y le dio un pequeño susto a Bernard Madoff, el famoso estafador norteamericano, al que le robaron una estatua que más tarde le devolverían, pero colocada en mitad del jardín de su casita con una nota en la que podía leerse: "Bernie (el timador). Lección: Devuelve la propiedad robada a sus dueños legítimos. Firmado - Los Educadores".


Si la veis, disfrutadla; si no la veis, vosotros os lo perdéis.

lunes, 18 de enero de 2010

Ventanas al mundo

A través de la ventana se ve pasar un camión enorme, con luces naranjas, lleva los desperdicios, todo aquello que nosotros hemos desechado, pero hace un trabajo digno, recoger, limpiar, salvarnos de la insalubridad. A través de la ventana, justo detrás del camión, se ve pasar un coche, de color azul oscuro, lo conduce un hombre, con una chica rubia a su lado, quizá vayan hablando del paro, de que sus hermanos se han quedado sin trabajo "por culpa de la inmigración", o de lo difícil que tiene que estar siendo todo para los haitianos que acaban de sufrir un devastador terremoto, quizá no, quizá sólo hablan de la educación en este país, que parece dejada de la mano de Dios, Alá, Yaveh, Gaia, Zeus, Júpiter o demás dioses, o no, a lo mejor es eso de lo que hablan, de religión; pero no lo creo, lo más probable es que estén hablando de si ella va guapa y si él va lo suficientemente elegante para la fiesta a la que irán, bueno, eso si es que de verdad están hablando. A través de la ventana.

jueves, 14 de enero de 2010

Este idioma

Al idioma alemán

Mi destino es la lengua castellana,
El bronce de Francisco de Quevedo,
Pero en la lenta noche caminada,
Me exaltan otras músicas más íntimas.
Alguna me fue dada por la sangre-
Oh voz de Shakespeare y de la Escritura-,
Otras por el azar, que es dadivoso,
Pero a ti, dulce lengua de Alemania,
Te he elegido y buscado, solitario.
A través de vigilias y gramáticas,
De la jungla de las declinaciones,
Del diccionario, que no acierta nunca
Con el matiz preciso, fui acercándome.
Mis noches están llenas de Virgilio,
Dije una vez; también pude haber dicho
de Hölderlin y de Angelus Silesius.
Heine me dio sus altos ruiseñores;
Goethe, la suerte de un amor tardío,
A la vez indulgente y mercenario;
Keller, la rosa que una mano deja
En la mano de un muerto que la amaba
Y que nunca sabrá si es blanca o roja.
Tú, lengua de Alemania, eres tu obra
Capital: el amor entrelazado
de las voces compuestas, las vocales
Abiertas, los sonidos que permiten
El estudioso hexámetro del griego
Y tu rumor de selvas y de noches.
Te tuve alguna vez. Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso
Lejana como el álgebra y la luna.

Jorge Luis Borges
El oro de los tigres (1972)




Mañana tengo una cita con este idioma, y espero no quedar mal.

martes, 12 de enero de 2010

Tiempo imparable

Pasa, poco a poco, el tiempo en esta ciudad, en esta vida, y, a medida que pasa, el hechizo que la envuelve se hace más fuerte contra quienes la vivimos desde hace no mucho. A pesar de los exámenes, de los nervios y las incertidumbres, los pesares y las alegrías, el alimento y la falta de (buena) comida, vivir aquí, pasear por estas calles, es ya, por sí sola, una experiencia única. Lo de la gente es ya insuperable.

Los exámenes que van pasando sin pena ni gloria y los que llegan sin prisa pero sin pausa marcan el ritmo a las agujas de todos los relojes que aparecen a todas horas y en cualquier noche a un pulso constante: sesenta segundos por minuto.

lunes, 11 de enero de 2010

Morirás, bella joven

Morirás, bella joven;
ni servirá ser joven,
ni quedará memoria
de ti sobre la tierra
porque las frescas rosas
no has gozado de Pieria:
y así, desconocida,
irás a las cavernas
del horroroso Dicte,
ni habrá quien te vea
cuando en las vanas sombras
des fugitivas vueltas.

Safo

domingo, 10 de enero de 2010

Justo y necesario

Mi intención hoy era hablar un poco por encima de este clima tan extraño que vivimos -por encima porque el tiempo no es lo que me sobra cuando se presenta el primer examen de la semana-, pero he decidido que no voy a hacerlo, que mejor os dejo un enlace a la última entrada de José Manuel Chico, porque creo que se puede decir más alto, pero no más claro, lo que ha puesto hace unas horas en su blog. Como de costumbre: Nada más que añadir.

miércoles, 6 de enero de 2010

De regalo, Luis.

Unos pocos regalos se amontonan junto al árbol. Buscas entre ellos alguno que tenga las características que esperas: cuadradito, no muy ancho, ni muy grande, tampoco demasiado pesado. Un libro. Aunque la idea era un pequeño mp3, básico, para mis laaargos viajes de ida vuelta a través de toda Extremadura, de camino a casa y de vuelta al hogar, lo cierto es que el mp3 no ha llegado, no ha llegado a la tienda, pero llegará. Ha venido sólo el libro, pero no voy a quejarme, y no voy a hacerlo porque lo quería: Retrato de un hombre inmaduro (Tusquets, 2009), el último libro de Luis Landero. Si es como el anterior, una joya.


Espero poder disfrutarlo pronto.

lunes, 4 de enero de 2010

Con prisas y a lo loco

Una semana entera da para mucho. Sí. Será por eso por lo que aún no he empezado a estudiar, como quien dice. Falta una semana justita para el primer examen y cada día me convenzo más de que aquí no voy a hacer nada, y es que, entre unas cosas y otras, siempre hay algo mejor que hacer que estudiar y que sólo puedes hacer estando en casa, en la de siempre, digo.

Habrá que ponerse.

sábado, 2 de enero de 2010

Engaños que son verdades

Nunca fui muy diestro en esto del amor, no cuando se refería a mí, tampoco cuando se refería a otros. Ahora no es que sea muy diestro o no, es que, simplemente, soy zurdo. No puedo entender nada de lo que pasa, ni de lo que se hacen a sí mismos los locos enamorados y viceversa. Y todo esto me jode, así, me jode, cuando el juego se sale de madre y las normas las pone el juez, jueza en este caso, que, además, es la fiscal, vamos, cuando el acusado está para meterse entre llantos a sí mismo. ¿Por qué me jode? Porque sí, porque este acusado no se lo merece.

Problemas, y no míos. Aunque me tocan.


viernes, 1 de enero de 2010

De vueltas

Las nueve y media de la mañana no es una hora para llegar a casa y acostarse; es una hora para no llegar. Si subiendo las escaleras te resbalas y despiertas a toda la casa a esas horas, el año empieza con sobresaltos.

Aún con el sabor de la resaca, y con los ojos delatores, se acaba este primer día. Aprovechado y no.

Vuelta a empezar.