domingo, 15 de agosto de 2010

De vuelta de tuercas

Berlín no es la ciudad del amor. Tampoco es la capital de la ingeniería alemana. Solamente es -y el adverbio es más bien irónico- la capital cultural de Europa en los tiempos que corren: Los cines al aire libre se reparten por todos los distritos; los músicos callejeros, quizás procedentes de buenas orquestas, se acomodan en las esquinas, regalando música por el módico precio de pararse a escuchar y "la voluntad"; el arte se recorre, se encuentra pegado en las paredes, en el suelo, pintado en los muros, clavado en los árboles, en la gente; los museos están rodeados de colas de más de cinco horas al sol; la vida nocturna, la que no es de discoteca, que esa no la conozco, es agradable, variada, ingeniosa; las galerías de arte se esconden en cada rinconcito de la capital germana; las librerías de segunda mano no se buscan, aparecen. Y la historia, su historia no es más que la historia, aún latente, de las ansias de poder y la demencia de la raza humana, su presente, la comprensión del cosmopolitismo y la igualdad, la ecología, el desarrollo sostenible, el arrepentimiento.

Berlín, más que una ciudad hermosa, es una ciudad para disfrutar, para salir al balcón y respirar el aire limpio de una gran capital abarrotada de bicicletas más que de coches, de más perros que heces.

Como ha dejado escrito alguien por ahí: Berlin ist anders, una ciudad más para vivir y conocer que para visitar durante un par de días.




PD: No me apetece mucho escribir, como se puede notar, pero no quiero que se me acumule todo lo que tengo que contar de esta experiencia, así que ese es el principio.

2 comentarios:

  1. ¡Qué envidia (sana, siempre sana) me da este texto! Me espera un viaje a Ámsterdam dentro de 3 semanas y se me está haciendo eterna la espera.
    Berlín tiene mucha historia porque es historia. Uno de mis próximos destinos sin duda, aunque siempre querré volver a Praga para quedarme allá.

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  2. Bueno, tu envidia por Berlín y la mía por tus viajes, se compensan más o menos...

    La espera merecerá la pena, ya verás.

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