miércoles, 25 de agosto de 2010

Esto ya lo he vivido

Todas las noches hacemos los mismo: plaza y vino con granizada de limón, después una cerveza en un bar tranquilo y acogedor en el que los camareros nos conocen y ya saben lo que vamos a pedir con sólo mirarnos a los ojos.

El verano, en el fondo, es dejar la monotonía habitual por la monotonía vacacional. Si lo piensas bien -lo pienso-, he dedicado el verano a leer como jobi -cada uno escribe como quiere, ¿vale?- y durante el curso la función básica era leer, ya fueran libros o textos de cualquier tipo, es más, durante el curso leí más, bastante más, que durante las vacaciones; tampoco podemos decir que no haya salido estando en Salamanca, y básicamente lo que tomaba es lo mismo que tomo ahora sólo que el limón del vino no llegaba a ser hielo y la cerveza me la cobraban a precios bien distintos; así que, si te paras a pensar -me paro-, lo único que me ha traído el verano ha sido echar de menos a la gente de Salamanca y la tranquilidad de una terraza en mitad de una plaza y una suerte de vientecillo agradable a cualquier hora del día. Tampoco está tan mal volver a casa, aunque sea lo mismo año tras año. Uno tiene la seguridad de estar en casa cuando sabe lo que va a pasar por la noche y aun así lo espera con ansiedad.

3 comentarios:

  1. Envidia de verano, te lo juro!!! Ahora mismo te estoy posteando en un breve hiatus en el curro. Llevo medio verano de pseudo relax (repasando y saliendo, unos días de vacaciones, un poco de todo) y el otro medio trabajando sin parar. Quiero vacaciones T.T

    Besotes, nos leemos^^

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  2. No hay tanta diferencia entre el verano y el curso. Si tal, que en verano nos sacamos el carnet de conducir jaja.
    Ya queda poco para volver a la rutina universitaria, a aprovechar lo que queda de verano!

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  3. Bueeeeno, eso depende cómo decidas tomarte el verano.
    Yo a principios de junio decidí acabar con la monotonía: me propuse que cada vez que saliera a la calle tenía que vivir una anécdota memorable -aunque dado mi estado mental (y el de mis amigas) ese propósito no ha sido nada difícil de conseguir.

    Ahora, miro los meses que he pasado, y me sale una sonrisa con sólo recordar las noches que acabamos metidas en una fuente celebrando los partidos; cierto globo de helio de Patricio (el amigo de Bob Esponja) que acabó adornando un restaurante medio pijotera después de que lo paseáramos por el centro de la ciudad to' emperifolladas; la cara que se le quedaba a la gente al vernos jugar con una caja de cartón como si fuera un balón de rubby (también por el centro de la ciudad) y un largo etcétera.

    Quizá no sea muy diferente a lo que solemos hacer durante el curso, porque simplemente nos dedicamos a disfrutar cada momento y a hacer siempre lo primero que se nos pasa por la cabeza. -Tal vez a esto se le pueda tachar de rutina, pero no me voy a parar a pensarlo demasiado.

    P.D. ¿Te dije ya que aparte de psicópata soy la cosa más cotorra que te puedas echar a la cara? Pues nada, aquí tienes una muestra de mi charlatanería =P

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