Esta habitación que ya no me pertenece más que por los libros y la luz y el escritorio. Esta habitación que ya no es mía sino de lo que fui, del niño que ya ha muerto y a veces quiere renacer pero no sabe cómo ni dónde ni tampoco por qué o para qué. Ni cuándo. Es en esta habitación donde la luz aún habita sin mí, donde apenas puedo ser yo sin haber sido, donde el presente se vuelve pretérito sin futuro, donde, si lo pienso bien, no quiero ser, sino haber sido y, tal vez, empezar a ser, sin volver o seguir siendo.
ser ser. ser siempre
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