martes, 4 de octubre de 2011

La vida va ya en serio

Las etapas que componen esta vida parece que se hacen visibles al tiempo de haberlas pasado. A veces tomamos decisiones que nos encaminan hacia una u otra. Las naturales no, claro, las naturales son otra cosa, pero de aquéllas que dependen de nuestra consciencia, de las ganas o del tedio, del valor o del miedo, de ésas sí somos responsables, porque ésas nada nos las impone.

Una vez hecha la matrícula, una vez empezadas las clases, aparece el fondo de la cuestión, se revela el principio, se rebela el pasado.

No pensaba que las clases de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada fueran a ser como son, ni siquiera que los temarios se parecieran a lo que ahora se parecen, que bajo nombres largos enmascarados en abreviaturas fuera a verse la literatura desde otro punto de vista. La literatura existe, y es lo primero que hemos aprendido. Existe quiere decir que está viva, que no tiene aún un futuro escrito, que se está construyendo a la vez que nosotros nos esforzamos por estudiarla, comprenderla, criticarla, teorizarla, compararla, abochornarla, humillarla y ensalzarla, porque trabajamos con ella, con la que existe y con la que está por venir.

Los horarios coinciden, mucho, y la duda que me sigo planteando cada mañana es a qué asignatura ir, ¿Lengua Alemana o Crítica Literaria?, ¿Gramática Alemana o Principios y Métodos de la Literatura Comparada?, ¿Historia de la Lengua Alemana o Literatura y Cine? Decidirse parece fácil. Y lo sería si no fuera por las obligaciones.

Acostumbrarse a otra vida universitaria parecía difícil y agobiante, y me da que va a ser duro, pero divertido.

1 comentario:

  1. En la última disyuntiva planteada, yo lo tendría claro: Literatura y cine. ¿Y tú?
    Un abrazo.

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