Carpe diem
En el centro donde trabajo hay un mural en el que se puede leer Carpe diem . Está pintado justo en el hueco de la escalera entre la primera y la segunda planta, al ladito de la puerta de entrada principal del edificio, que no del centro. Ya lo había visto, el primer día, gritando fuerte a quienes pasan por delante (más bien, debajo) a diario que los días están para agarrarlos bien fuerte, para vivirlos, para juntarnos con aquéllos que nos suman y no con quienes nos restan . Es extraño, en cualquier caso, esperar que la vida haga algo por ti si no has dado nada antes tú por ella, si no le has mostrado que estás dispuesto a arriesgar un mínimo. Hay quien se niega a vivir de alguna u otra manera, quien se pone barreras y se opone a sí mismo, que es responsable en todo momento, que busca evitar cualquier sufrimiento, pero no sirve de nada no arriesgar, no buscar y no encontrar. Estoy dispuesto a cambiar de opinión a cada momento, a contradecirme, a enamorarme una noche y n...