Vuelta después de Navidad. Parte II
Llegué, por fin, a Frankfurt y, por supuesto, como suele pasar en esos casos en los que tienes prisa, la puerta de embarque está a veinte minutos de las cintas, pero eso tiene una parte buena, que cuando llegas, ya están las maletas ahí dando vueltas. Aun así, falta lo otro que suele pasar en estos casos: la maleta que esperas sale de las últimas. Así que, como sé que probablemente ya no llegue al autobús porque falta media hora para que salga y la empresa te exige estar allí quince minutos antes de la salida o haber cancelado el billete para entonces, y como no sé ni dónde es ni cómo llegar, decido que, como máximo a menos cinco, cancelo el billete. Pues, efectivamente, cancelar, recibir el email de confirmación de que me devuelven 13€ de un billete de 18€ en forma de código de descuento y aparecer la maleta por la cinta. Más ajustado imposible. Me he cagado en todo, lógicamente. Hacía mucho tiempo que no estaba en este aeropuerto, la última vez, si no recuerdo mal, fue en el año 20...