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Mostrando entradas de mayo, 2020

Cuarentena XVII: cine en cuarentena

A pesar de que ya se puede salir a la calle con cierta normalidad, acercarse a los bares y hacer como que la vida empieza a retomar su ritmo, yo sigo prefiriendo estar en casa. Imagino que me he acostumbrado a este espacio propio, al ritmo calmado de las noches de cine en el salón. He visto todo tipo de películas estos días, documentales sobre la Alemania nazi ( A German life ), adaptaciones cinematográficas ( Die Marquise von O. ,  Cirkus Columbia ), clásicos que llevaba años tratando de ver y al final no ( La naranja mecánica , El gran dictador , El séptimo sello ), películas duras de digerir ( Irreversible ), otras que de algún modo están relacionadas con la tesis ( Al nacer el día , Línea no regular )... En fin, me he reconciliado de algún modo con el cine, que llevaba tiempo buscando no ya el momento, sino la situación ideal para ello, porque no es lo mismo ver una película que ver se película, no es lo mismo coger el ordenador y dejar que se reproduzca algo que seguir cierto...

Cuarentena XVI: polvo en los escaparates

He montado un refugio en casa desde que estoy solo. Abro las puertas del balcón y dejo entrar el aire de la noche en el salón.  La magia del refugio se rompe sólo un rato en la noche. Escucho el ruido del vehículo aspirador, delante del que dos operarios, casi siempre operarias, escupen agua a presión con unas mangueras finas como bichas. Me pregunto cuántos litros de agua gastarán en limpiar el centro de Sevilla. Sólo el centro, eso sí. Poco después se escucha llegar el camión de la basura, que apaga con su estruendo la música que ambienta mi silencio. Observo cómo ondean lentamente las cortinas, cómo se mecen ligeras ante la poca brisa. ¿Se mecen ante ella o frente a ella?  En la calle, durante el día, ha vuelto un poco de ajetreo, motos que van y vienen trayendo paquetes de a saber qué cosas, bares que empiezan a prepararse para reabrir, la vida que vuelve a fluir. Pero por la noche sólo estamos los trabajadores de la limpieza y yo. Desde aquí no se ven luces en ni...

Cuarentena XV: una foto de Bremen

Hace un rato I. me ha enviado una imagen que me ha llevado hasta una esquina muy concreta de Bremen. Debe de haber salido a pasear en cuarentena y supongo que se ha acordado de mí. Este año se cumplirán cuatro años desde que no vivo allí y, sin embargo, creo que esa ciudad y la gente que conocí en ella aún juegan un papel muy importante en lo que soy. En esa ciudad me enfrenté por primera vez a la soledad más absoluta, ahí estuve días enteros sin relacionarme con nadie, semanas en las que sólo veía a los alumnos y llegaba al zulito en soledad. Fue un tiempo muy introspectivo. Era también la primera vez que me enfrentaba al mundo laboral real , a una clase con niños alemanes, a las notas, a los exámenes, a las reuniones de padres... Bremen fue como el paso a la edad adulta.  Al final del día, especialmente los jueves, que terminaban con la clase de cocina en español a las cinco de la tarde, tomaba el tren que me devolvía a Bremen desde Delmenhorst. Allí tomaba el tranvía para b...