Vuelvo a Madrid por primera vez desde que terminara de leer La forja de un rebelde, la tercera parte, concretamente, La llama, y tengo la sensación de que me encontraré un Madrid muy distinto del real, pero también sé que no alcanzaré a ver y oler todo lo que Barea describe en su libro. El horror.
,,Noch wir haben die Heimat nicht verloren/unsere Heimat ist heute vor Madrid“
Hombre... ahora en Madrid puedes oler contaminación, pero horror no tanto :)
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