Ahora que el espacio se había puesto de mi lado, jugaba conmigo y contra el tiempo (no eterno, circunstancial, correlativo, no simultáneo), ahora que los secretos quedaban en la habitación que tantas veces me negué a abandonar y tantas veces repudié por no dejarme abandonarla.
Ahora que te desnudo y tú también me desnudas y en la estación de las dudas muere un tren rojo que ya no es de cercanías. Morirá, sí, más bien morirá.
Ahora que nos quedamos en la cama, lunes, martes y fiestas de guardar, sin que sean fiesta, sin la necesidad de una fiesta más allá de las fronteras de las sábanas. Ahora ya, justo ahora, cuando la despedida es más larga que el tiempo que pasamos vacunándonos contra el olvido, cuando todo lo que suceda será, posiblemente, ruido de ascensores que ya no suben al tercero. Justo ahora, justo allí.
Ahora que hacemos olas por incordiar, olas, cosquillas, lo que haga falta.
Ahora que está tan sola la soledad, que nos permitimos el lujo de no estar solos en el silencio de una calle, de una casa, en la oscuridad de un cuarto con ventanas al vacío.
Ahora que está tan lejos el olvido.
Ahora que me perfumo cada día,
que sin saber hemos sabido
querernos como es debido
sin querernos todavía.
Ahora que los sentidos sienten sin miedo, porque ya está dicho lo dicho.
Ahora que me despido pero me quedo (porque las ciudades nos habitan, porque despedirse no es olvidarse, porque vivir es estar y estar no sólo es físico)
Ahora que tocan los ojos, que miran las bocas, que gritan los dedos.
Ahora que sueño de noche, que duermo de día, ahora que no te escribo si me voy, ni si me quedo, que ya no escribo, que ya no leo, que sólo miro.
Ahora que nada es urgente, que todo es presente, que hay pan para hoy y, quizá, hambre para mañana, desde ya, desde antes de escribir esto.
Ahora que no te pido lo que me das. Ahora que todos los cuentos parecen el cuento de nunca empezar, que éste es, seguro, el de nunca acabar, porque quién sabe si, cómo, cuándo, ha empezado.
Justo ahora. Justo ahora.
Es una entrada preciosa.
ResponderEliminarAhora, justo ahora que te he leido, me encantaría no dejar de leerte nunca.
ResponderEliminar