Julio III: Soria, día 2
No madrugamos excesivamente el martes, pero pudimos aprovechar el día lo suficiente como para hacerle al coche un buen montón de kilómetros. Salimos de San Esteban dirección Soria, atravesando la mencionada autovía del Duero. Poco después de pasar la subida de El Temeroso y comprobar que el camión seguía tirado -lo estaría también a la vuelta, se ve que era más difícil de levantar de lo que yo suponía-, cogimos un desvío a la izquierda que nos acabaría dando acceso a Calatañazor. Es un pueblecino bastante pequeño, de piedra, en el que, para mi sorpresa, había, creo recordar, cuatro tiendas de souvenirs y algún que otro turista. En una de las plazas, a la derecha de la calle principal entrando por la carretera, el busto de Almanzor , situado en el centro, justo delante de un vago jardín, observa acechante, serio, a los visitantes; es dueño y señor indiscutible de la historia de Calatañazor, aun cuando, según algunas versiones, es posible que ni siquiera perdiera allí la tan s...