miércoles, 30 de enero de 2013

No hay nieve en las imágenes

No me gusta practicar la fotografía. Odio tener que sacar las manos al frío invernal alemán para intentar captar una imagen que prefiero mantener de una forma más o menos aproximada, seguramente mejorada, en mi recuerdo. Además, no tengo ojo de fotógrafo, no consigo aguantar el tiempo necesario, calcular la apertura que necesitará el obturador ni la velocidad del disparo. Es un arte maravilloso que no sé si algún día sabré dominar o siquiera me propondré tal cosa.

Y ciertamente puede que sea una pena que no haya hecho fotos bajo el cielo blanco como la nieve, caído casi sobre ésta, que, a su vez, cubría las aceras y los parques, se mecía plácida en las ramas de los árboles desnudos y en las hojas de los que conservan su verde durante todo el año. Quizá los negros tejados desaparecidos y aquéllos que estaban a medio aparecer de nuevo bajo el albor resplandeciente hubieran merecido la foto, y el cielo del atardecer, anaranjado  entre el gris de las nubes que se adentran en la noche, no se habría perdido para siempre en la memoria, que es como decir en el olvido. Quizá, con una sola foto no habrían desaparecido los transeúntes abrigados bajo capas y capas de ropa cálida y lo suficientemente acogedora como para que se hayan atrevido a dejar el calor de la estufa, la comodidad del sillón, para haberse ido ido a pasear sobre una nueve traicionera y bajo otra fresca y volátil. Quizá, con la foto, seguiría habiendo nieve en los cristales y en las esquinas, en los coches;  los lagos seguirían congelados, los niños aún podrían usar sus trineos. Quizás. Pero, bien digo, sólo quizás.

Sea como sea, prefiero que mi memoria me traicione y mis palabras creen, aquí, ahora, siempre que las lea, una nieve nueva, más perfecta, más propia.

2 comentarios:

  1. ¿Para qué necesitas una cámara con el magnífico uso que haces de las palabras?
    Este texto sí que es un retrato. Yo, al menos, lo he visto con tanta nitidez como en una fotografía.
    Abrígate.
    Saludos desde el cálido (no ahora) sur.

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    1. Si es así, propósito conseguido, pues. Muchas gracias.
      Saludos desde Bonn, ahora sin nieve y con lluvia.

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