lunes, 14 de diciembre de 2015

Mi análisis ante las elecciones (I): El gobierno

     Me propongo hacer un pequeño análisis de mis impresiones antes del próximo 20 de diciembre. Es cierto que estando fuera de España como estoy, no estoy del todo puesto en los últimos acontecimientos y en todas y cada una de las noticias que aparecen estos días, por lo que el análisis no será demasiado extenso, sino lo más intenso posible. Aquí va la primera parte. 
     
     El día 20 de diciembre son las elecciones nacionales. Después de estos cuatro años, cualquiera en su sano juicio diría que el Partido Popular está destinado a una derrota sin precedentes por su mala gestión al frente del Gobierno. No es que yo sea economista, pero, así a grandes rasgos, no parece que la labor de Mariano Rajoy y su equipo de ministros haya causado muchos beneficios a la sociedad española. 

     Desde la aprobación de leyes como la llamada Ley Mordaza, criticada y cuestionada por la propia ONU, el incumplimiento de promesas electorales, el aprovechamiento para sí de la televisión pública que hace el propio Partido Popular (la Familia, diría), pasando por la movilización social creada en contra de las labores de privatización de diferentes sectores -en Comunidades Autónomas gobernadas por el PP y a nivel nacional- o los casos de corrupción no resueltos, que llegan a manchar al propio presidente del gobierno, hasta la masiva emigración de españoles que no tienen más remedio que buscarse la vida fuera del país que los ha formado y en el que quieren vivir o la supresión de derechos laborales, el gobierno del señor Rajoy ha dado ejemplo de lo que es la mala gestión, si no para las empresas, que pagan impuestos los justos, sí para los ciudadanos, que se empobrecen a medida que pasan los días. 

    Viendo esto, como digo, estaría claro que el gobierno actual de España no saldrá elegido en las próximas elecciones. Pero claro, no contamos en este cálculo con que en el país en el que estamos del que hablamos la política es algo que se toca de puntillas, un par de discusiones alzando la voz y poco más, sin enjundia, como si hablar de política fuera algo que estuviera prohibido por alguna ley mítica y tácita, más importante que el propio bienestar. Quienes consiguieron los derechos que ahora estamos perdiendo lo hicieron con esfuerzo, sudor y sangre, no gratuitamente, pero la sociedad acomodaticia en la que vivimos no lo valora, y pasado el cénit del movimiento 15M, muchos han vuelto a sus casas confiando en que la salvación llegará por gracia Dios(?), o peor, han vuelto a olvidarse de que las cosas no van tan bien como la televisión y los periódicos cuentan. Pero de qué puedo quejarme yo, si al menos tengo trabajo, me dicen, como si tener trabajo fuera el único problema que deberíamos tener, lo único que debería importarnos, como si la calidad del trabajo y de la vida no importara. 

     Contando, pues, con el país del que hablamos, al que tanto importan la tradición y el amiguismo, al que le dan miedo el cambio y el riesgo porque así le presentan las cosas los medios de comunicación, como arriesgadas, al que la información y la autocrítica le son desconocidas, las cuentas cambian y el Partido Popular se convierte, por arte de magia, en el partido con mayor intención de voto. Fíjate tú lo que hace la incultura. Ayuda, quizá, y eso es cierto, que un tanto por ciento importante de los votantes ni siquiera van a tener la opción de depositar su papeleta en la urna el domingo por vivir en el extranjero, qué casualidad que los que se han ido por la gestión de quienes gobiernan no pueden votar para expulsar a quienes los echaron. 

     Resumiendo: los únicos que han salido ganando con todo esto han sido quienes pertenecen a las clases más pudientes, pero eso ya lo sabíamos antes de que empezara. Así que, si vivimos con peores condiciones de trabajo, si la deuda no ha descendido, si seguimos emigrando porque no hay forma de ganarse la vida en España, si privatizan servicios y los propios trabajadores se quejan de ello, si la corrupción está en el propio partido del gobierno, si los bancos y las grandes empresas siguen teniendo ganancias millonarias pero sus trabajadores cada día cobran menos y tienen contratos peores, sólo me caben dos opciones para que este partido vuelva a ser el más votado, o en España hay muchos ricos, o en España hay muchos gilipollas*. Sacad vuestras conclusiones. 

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*No quería emplear esta palabra, pero no he encontrado otra mejor. Pido disculpas a los lectores por mi falta de vocabulario en el caso de que ellos tengan un vocablo más adecuado. 

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