Vuelven los atardeceres rosa del verano al camino, y vuelve el calor insoportable, como vienen y se van, cada año, las cigüeñas, y vuelven los que nunca se han ido.
Recordaba hace poco, y me puse a buscarlo, con motivo del día de Extremadura, un pequeño texto de Javier Cercas:
Extremadura es para mí el olor feliz de la infancia, la limpieza inconfundible de una forma de hablar que me perteneció y que, de algún modo, todavía me pertenece, el susurro perdurable de una legión de antepasados que sobreviven en mí, la hospitalidad antigua de la gente, el color de los atardeceres inacabables del verano, el recuerdo imposible de una patria perdida. Extremadura es para mí el mundo.Uno regresa a casa porque le gusta sentir que vuelve, le gusta sentirse aquí, y le gusta saberse de aquí, aunque odie el calor intrínseco, aunque cada vez lo piensen más lejos.
Hola M.A Ruiz
ResponderEliminarComo los olores que mana la casa, ciudad o pueblo de la infancia no hay nada. Que contradictorio es cuando en epoca de juventud creemos que lo mejor es crecer para irse lejos, tan lejos para no volver y cuando estás lo suficientemente lejos solo haces que recordar.
Mi beso para ti desde el otro lado de la oscuridad.
Tienes toda la razón Eva. Buscamos la felicidad fuera y con el tiempo nos damos cuenta que realmente lo que nos hace feliz ya lo teníamos.
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