miércoles, 21 de noviembre de 2012

España de pandereta y olé

Uno lee cosas que sabía y se desanima un poco más de lo que ya estaba. Con la imperiosa necesidad de dar sentido al futuro más próximo, aunque con el curso recién empezado, como quien dice, aún parezca lejano, la opción de volver a Salamanca se baraja entre las más posibles, ya que el plan establecido desde un principio falla por cuestiones burocráticas y, se vea como se vea, la opción del máster de secundaria no es tal, sino, más bien, una obligación. Es muy triste ver, sin embargo, cómo las ayudas a la investigación, a las ganas de los jóvenes españoles, al futuro de la educación y la innovación en este país que, por sus gobernantes, deja de estar en el sur de Europa para estar en el norte de África, se disuelven, desaparecen, se evaporan.

Así están las cosas, cuando falta muy poco para empezar a pedir plazas en sitios, becas y demás, cuando cada una de estas cosas que se piden necesita un expediente académico original que cuesta 50 eurines, o compulsa, claro (20€). Habrá que arriesgar, quizá, pero a qué.

1 comentario:

  1. Juega; es la única manera de que te toque.
    Suerte.
    PD) Ya ves, ¡qué desanimo nos recorre el cuerpo!

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