El 10 de mayo de 1933 tuvo lugar en Alemania uno de los episodios más tristes, denigrantes, duros y absurdos contra la cultura que cualquier país, ciudadano, entidad y, en general, sociedad, pueda llevar a cabo, la Bücherverbrennung (Quema de libros).
En las plazas de muchas ciudades alemanas se quemaron todos los libros que se encontraron de autores que no eran adeptos a la causa de Hitler, los llamados Undeutsch, un término que niega lo alemán. La mayoría de estas plazas están muy cerca de las Universidades, y no en especial como amenaza a los intelectuales, qué va, sino por quien lo llevó a cabo. En Berlín, por ejemplo, en la Bebelplatz, los estudiantes seguidores de las ideas del partido nacional-socialista quemaron cientos de libros, y allí se encuentra el monumento subterráneo en memoria a esos libros y a sus autores: un cristal deja ver, en el suelo, una sala donde las paredes son estanterías blancas y vacías, en las que, según tengo entendido, cabrían 20.000 libros. No creo equivocarme en la cifra.
Erich Kästner, uno de los autores cuyos libros fueron quemados ese día, pasó por la Bebelplatz de Berlín durante la Bücherverbrennung y escribió después lo que sintió. Yo no quiero ni imaginarme cómo sería para él, y para muchos otros, ese momento.
Para recordar que han pasado ochenta años de este deleznable acontecimiento, en Bonn, donde las asociaciones de estudiantes, profesores, el alcalde de Bonn y el de Beuel (actualmente uno de los distritos más importantes de la ciudad), los bibliotecarios y ciudadanos de a pie se acercaron a la Marktplatz, abarrotada por el acontecimiento, a quemar libros, hoy se ha inaugurado un monumento. No son más que unas placas de bronce con el nombre de un autor y uno de los títulos quemados. Estas placas están situadas como si fueran libros tirados, por lo que tenemos que suponer una especie de centro, que sería la hoguera, y los libros alrededor, como sumándose a los castigados. En el punto central, donde se supone el foco, una placa recuerda el acontecimiento y los nombres de decenas de autores que vieron sus libros arder. Bajo ésta, enterrados, los libros que aparecen en las placas repartidas alrededor del recordatorio, en una caja hermética. El alcalde ha recibido la llave para abrir el monumento, es decir, la caja, y cedérsela a los institutos, instituciones y colegios para coger y meter libros. Un monumento, como ha dicho su creador, del pueblo.
En esta inauguración había, sobre todo, personas mayores, seguramente aquéllos que eran jóvenes cuando la Bücherverbrennung, o sus hijos, aquellos que no creían que sus padres no supieran lo que estaba pasando.
Dejo aquí lo que ha leído el alcalde al final de si intervención, una cita de Carl Zuckmayer, del libro "Des Teufels General", uno de los que se supone que ardería en alguna de las muchas hogueras repartidas por el país. La dejo en alemán pero prometo intentar traducirla estos días y dejarla por aquí:
Vom Rhein - noch dazu. Vom Rhein. Von der großen Völkermühle. Von der Kelter Europas! Ruhiger Und jetzt stellen Sie sich doch mal Ihre Ahnenreihe vor - seit Christi Geburt. Da war ein römischer Feldhauptmann, ein schwarzer Kerl, braun wie ne reife Olive, der hat einem blonden Mädchen Latein beigebracht. Und dann kam ein jüdischer Gewürzhändler in die Familie, das war ein ernster Mensch, der ist noch vor der Heirat Christ geworden und hat die katholische Haustradition begründet. Und dann kam ein griechischer Arzt dazu, oder ein keltischer Legionär, ein Graubündner Landsknecht, ein schwedischer Reiter, ein Soldat Napoleons, ein desertierter Kosak, ein Schwarzwälder Flözer, ein wandernder Müllerbursch vom Elsaß, ein dicker Schiffer aus Holland, ein Magyar, ein Pandur, ein Offizier aus Wien, ein französischer Schauspieler, ein böhmischer Musikant - das hat alles am Rhein gelebt, gerauft, gesoffen und gesungen und Kinder gezeugt - und - und der der Goethe, der kam aus demselben Topf, und der Beethoven und der Gutenberg, und der Matthias Grünewald und - ach was, schau im Lexikon nach. Es waren die Besten, mein Lieber! Die Besten der Welt! Und warum? Weil sich die Völker dort vermischt haben. Vermischt - wie die Wasser aus Quellen und Bächen und Flüssen, damit sie zu einem großen, lebendigen Strom zusammenrinnen. Vom Rhein - das heißt: vom Abendland. Das ist natürlicher Adel. Das ist Rasse. Seien Sie stolz darauf, Hartmann - und hängen Sie die Papiere Ihrer Großmutter in den Abtritt. Prost.
Carl Zuckmeyer, Des Teufels General
Una vez más, Cervantes un adelantado.
ResponderEliminarYa se sabe que a las dictaduras les sienta muy mal la libertad. La de pensamiento. La que se deposita en los libros. Lo triste de este caso es que eso ocurra en un país tan culto como Alemania. Triste, muy triste.
hola he escrito algo. Justo sobre aquella primera frase. Muy buen post. Te invito a leer :) http://efectolacrimogeno.blogspot.com.ar/2014/03/los-libros-que-se-olvidan.html
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