Como en las historias de Kafka, quien sufre el castigo es el menos culpable de todos. Pero contrariamente a Kafka, Josef K. por fin, se rebela, no acepta que lo juzguen por algo que no ha hecho; no acepta la culpa ni la degradación del exilio Gregor Samsa. Los ciudadanos españoles han salido a la calle, aunque parezca mentira.
No sé si esto puede considerarse un cambio, pero al menos es un intento. Lo que es seguro es que el mensaje de Hessel ha llegado, y bien unido al de Sampedro: se ha perdido el miedo a indignarse. Esperemos que sea verdad.
Mañana veremos la repercusión en los medios, pero de momento no parece que vaya a ir demasiado lejos, el FMI parece más importante que las movilizaciones en toda España: se nota quién maneja el cotarro.
Este país en el que vivimos es una mierda corrupta y dominada por los intereses de unos pocos.
ResponderEliminarVamos a ver qué dicen los medios, a ver qué nos confirman sobre el cotarro.
ResponderEliminarUn beso, cuídate^^