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Mostrando entradas de 2015

Mi análisis ante las elecciones (II): Podemos, el voto útil y la paradoja Garzón.

    Éramos unos pocos los ilusos que en algún momento creímos en que la cuestión de la unidad popular sería algo real, aunque he de reconocer que duró poco. En un primer momento yo confiaba en que Podemos y Pablo Iglesias mirarían de frente los resultados de las elecciones locales y autonómicas y apostarían por crear una coalición fuerte para las elecciones del día 20 de diciembre. Poco duró la ilusión. Bien es cierto que nunca me ha llegado a convencer Podemos y su discurso abierto y ambiguo, palabras bonitas que no dicen siempre más allá que algo de lo que queremos escuchar. No olvidemos que Manuela Carmena y Ada Colau, flamantes alcaldesas del cambio, no tienen equipos formados sólo por Podemos, como nos quieren hacer creer los medios de comunicación.      Al partido del cambio, como se autodenomina, ya le han caído algunas críticas a lo largo de su corta existencia y eso, por desgracia, a mí no me da la confianza que debería. La forma de elegir a sus can...

Mi análisis ante las elecciones (I): El gobierno

     Me propongo hacer un pequeño análisis de mis impresiones antes del próximo 20 de diciembre. Es cierto que estando fuera de España como estoy, no estoy del todo puesto en los últimos acontecimientos y en todas y cada una de las noticias que aparecen estos días, por lo que el análisis no será demasiado extenso, sino lo más intenso posible. Aquí va la primera parte.             El día 20 de diciembre son las elecciones nacionales. Después de estos cuatro años, cualquiera en su sano juicio diría que el Partido Popular está destinado a una derrota sin precedentes por su mala gestión al frente del Gobierno. No es que yo sea economista, pero, así a grandes rasgos, no parece que la labor de Mariano Rajoy y su equipo de ministros haya causado muchos beneficios a la sociedad española.       Desde la aprobación de leyes como la llamada Ley Mordaza, criticada y cuestionada por la propia ONU, el incumplimiento de pr...

Sólo de visita.

    Soy alguien de contradicciones. Me gustan. Supongo que porque las tengo y las puedo más o menos comprender y apreciarlas. Una de las mayores contradicciones que vivo es, exactamente, el dónde vivo: odio y adoro a partes iguales el país que me acoge y al que, en parte, me dedico. Soy de los que defiende a Alemania cuando hay que defenderla y la critica cuando hay que criticarla. La veo desde un punto de vista más o menos neutro: sin idealizaciones, sin menosprecios. O al menos eso creo e intento.       Una de las cosas que más odio aquí es a la gente, pero no a la gente así en general y ya. No. Odio a la gente en los medios de transporte. A veces pienso que tiene que ver con la actitud individualista de las grandes ciudades; otras veces creo que es por la actitud individualista alemana sin más. El caso es que la actitud de la gente en los medios de transporte me parece maleducada y grosera. Lo normal es que un alemán cualquiera ocupe dos asientos -e...

Otras ciudades y otras lenguas: una cita

     En Alemania no suelo moverme en autobús. Los viajes así se suelen hacer eternos, y lo que en tren se hace en cinco horas se convierte en más de ocho programadas y, muy probablemente, a causa de los atascos, en alguna más. Sin embargo, he usado el autobús con cierta frecuencia en la última semana para acercarme a ver a amigos y conocidos por regiones bastante más meridionales que la de la ciudad hanseática en la que vivo.      Sumando creo que no han sido más de quince horas en total, aunque bien cierto es que la vuelta la hice en tren desde Göttingen. Esta ciudad, que en mi mente está exclusivamente relacionada con los hermanos Grimm y que en realidad es mucho más que eso, tiene una de las universidades con más renombre de Alemania, encargada de la importancia cultural, turística y científica de este enclave del sur de la Baja Sajonia.      Pero a lo que iba. En Göttingen sólo había estado una vez y de noche, también en un encue...

A propósito de un día y de una cita.

A propósito del día de la Hispanidad, de la Fiesta Nacional española, me pregunto qué sentido tienen las patrias, qué las hace mejores o peores, qué las mantiene. La patria: los paisajes y mi lengua. Escribe Max Frisch comentando unas fichas de vigilancia estatales que se escribieron sobre su persona lo siguiente: -Patria: Zürich Zürich es mi lugar de nacimiento. ( Max Frisch , Ignoranz als Staatsschutz?, pág. 29, Suhrkamp, 2015. Traducción propia. ) Me pregunto si alguien, en algún momento, ha sido capaz de desechar el término "patria" con menor explicación(?), con menos palabras.

Sobre viajes, trenes y Extremadura

Suelo dejar estos temas de lado en el blog, y en realidad no sé por qué, pero hoy estoy tan cansado, tan asqueado, tan hasta las narices de que se rían de nosotros en nuestra propia cara, que he decidido escribir al respecto. Llegué ayer de Alemania, un país en el que los trenes no funcionan con la eficacia esperada o deseada en muchas ocasiones, pero es comprensible, no nos vamos a engañar, porque hay una cantidad de tráfico ferroviario increíble, enorme, en unas zonas más que en otras, claro, y a un precio bastante elevado, pero se paga, porque hay ofertas, porque hay descuentos -para grupos, para días enteros en regiones enteras, los estudiantes no pagan el transporte público en las zonas en las que se encuentran sus universidades, etc.-. Eso en España no pasa. Además, ahora hay una competitividad importante por parte de las compañías de autobuses, que se han lanzado a un mercado hasta ahora inexplorado en el país del chucrut. Pero lo que más (me) impresiona/llama la atención d...

Un viaje inusual (para mí)

Cuando viajo suelo moverme solo. Voy a sitios en los que hay alguien a quien voy a ver, con quien paso un par de días, luego vuelta en solitario hasta el lugar donde me encuentre. No es algo que me moleste demasiado. No es algo que me moleste siquiera. Quienes me conocen saben que necesito ratos de soledad, que me gusta rodearme de buena gente, pero que no puedo vivir sin encerrarme un rato en mí mismo y luego volver al mundo.  La última semana me uní, sin embargo, a un viaje en grupo: seis personas en un coche relativamente grande -y al mismo tiempo bastante pequeño- entre pueblos y carreteras alemanas. Atascos, -muchos, al estilo alemán- diferentes modos de entender los viajes, de planear las rutas, de vivir y de reírse de la vida, algún pequeño percance sanitario, cervezas y risas.  Es algo que no suelo hacer. Suelo ir solo al volante, no pendiente del frío que tienen los unos y los otros, de si aquella o esta persona se encuentra bien, de si hay que parar para ir ...

Para escribir

Para escribir hay que tener una historia. Eso parece lógico. O, bueno, hay que tener, más bien, algo que contar, aunque no sea una historia en sí, sino más bien una acción, un pensamiento, una imagen, un motivo para un crimen - incluso sin el crimen-. Vaya, que para escribir, hay que tener algo que decir. Eso está claro. No está tan claro, sin embargo, que para escribir hay que vivir. Hay quien escribe como si viviera en un libro, como si la vida fuera algo que no está ahí afuera, esperándonos, pidiéndonos hacer alguna pequeña locura mensual, semanal o diaria. Como si los finales sólo pudieran ser felices. Y son más comunes los que no, me temo. Para escribir hay que conocer el amor y los besos, la muerte y el olvido, el desamor y el recuerdo, los viajes y la pérdida. Para escribir hay que aprender que detrás de cada sonrisa hay una historia, que detrás de una mirada hay dolor y hay alegría, hay dificultades que se sobrellevan o que no; que los aviones de ida y vuelta vienen con una his...

Hablemos de política: Mi jornada de reflexión

Hoy es jornada de reflexión , lo que supone que la campaña electoral ha terminado y hoy cada ciudadano, en su casita, decidirá, leyendo la prensa, los programas electorales y sumido en una profunda soledad reflexiva, quién quiere que sea el señor o señora, el partido o partida -de póker, por ejemplo, o una partida de armas y droga, que con nuestros gobernantes nunca se sabe- que va gobernar su municipio y/o su comunidad autónoma durante los próximos cuatro años.  Yo ya he votado, como nos corresponde a los españoles que estamos lejos de casa -aunque, claro, casa no tenemos ya allí porque ya no podemos votar en las elecciones municipales algunos de nosotros. Eso en el caso de que podamos votar, pero bueno-. Como decía, yo ya he votado, así que mi jornada de reflexión es inexistente, pero me gustaría dejar por aquí algo que creo importante: La gente es gilipollas  estúpida. Y cuando digo la gente no quiero decir "toda la gente", sólo hablo de "una gran cantidad de persona...

Escribir. La soledad, el silencio y el tiempo.

Me he propuesto actualizar más a menudo, por imposición personal y nada más, aunque tenga poco que decir. En realidad tampoco pretendo que todo lo que hay en este blog sea de éxito para la crítica y la audiencia (¿es audiencia la que lee? ¿es audiencia si se le lee?). Así que escribo, para ejercitar las palabras que salen cada día con algo más de dificultad de entre mis dedos, que se escurren o no se dejan moldear, creando entre ellas frases desesperantes en incoherentes, por mucho que lea en español, por poco -aunque lo intento- que lea en alemán.  A lo que voy es que desde la soledad de esta casa, a la que llamo cariñosamente -y despectivamente a la vez- zulo, subterránea en la que habito y también vivo, la soledad se siente a veces muy cercana. De vez en cuando aparecen unos gatos en el jardín que se ve desde la habitación, y unos pájaros, de alguna raza que desconozco y, al menos de momento, tampoco me interesa, se dedican a beber de un camión de juguete, del romelque, en el qu...

Escuchar leer

"Escuchar a alguien que lee en voz alta es muy distinto de leer en silencio. Cuando lees, puedes pararte o saltarte frases: el ritmo eres tú quien lo decide. Cuando lee otro es difícil hacer coincidir tu atención con el ritmo de su lectura: la voz va o demasiado rápida o demasiado lenta"   (Italo Calvino, en  Si una noche de invierno un viajero) , y, sin embargo, no podemos evitar escuchar a quien nos cuenta una historia, a quien nos lee, por el simple hecho de escuchar su voz abrirse entre el silencio de una habitación en semioscuridad, o no podemos evitar leer en voz alta, para ver cómo reacciona, cómo sonríe o cómo, quizá, llora la persona que escucha -si lo hace atentamente;  "pero lo que yo siento es de verdad" - nuestras palabras. Escuchar leer no es tan sencillo, es cierto, es necesaria una capacidad de concentración que en la lectura individual no es necesaria, pero cuando quien lee y quien escucha se conectan, cuando lo único que hay son las palabras de la ...

Literatura y política

Es tiempo de elecciones y uno tiene entre las manos la Introducción a la literatura comparada  de A. Gnisci. Y encuentra estas cosas: La literatura es necesaria a la política ante todo cuando da voz a lo que no tiene voz, cuando da un nombre a lo que todavía no tiene nombre, y especialmente a lo que el lenguaje político excluye o intenta excluir [...]. Pero hay también, creo, otro tipo de influencia, es decir la capacidad de imponer modelos de lenguaje, de visión, de imaginación, de trabajo mental, de correlación de hechos, en suma la creación (y por creación entiendo organización y elección) de ese género de modelos-valores que son al mismo tiempo estéticos y éticos, esenciales en todo proyecto de acción y especialmente en la vida política. Italo Calvino, en "Usi politici giusti e sbagliati della letteratura"   Quizá sea más tiempo de poetas que de políticos. Ojalá, aunque Platón nos odie .

Una imagen y una carta

Creo encontrarte al final de cada vaso de whisky que tomo en solitario a deshoras en el pequeño espacio en el que vivo. En las horas que pierdo creo también encontrarte. No necesito buscarte para saber que andas en alguna parte, en cualquier gesto, sin ni siquiera salir de casa, en alguna esquina de la habitación, persiguiéndome. Luego, en la calle, en la gente, en una sonrisa o en una mirada, en un paso o un tropiezo, en el tranvía o en los parques. En cualquier parte puedes aparecer de repente. Sin que te busque, sin que pretenda que estés, más bien todo lo contrario, Pero no se puede pretender lo contrario de algo sin ser consciente de lo que se niega. Como no se puede negar a Dios sin ser consciente de que en algún universo posible, en alguna mente inconsciente, existe la posibilidad de que haya un dios, cualquiera, o al menos sin su concepto.  Si me cuesta escribir y me propongo hacerlo, apareces, como de la nada, sin que te llame, y una vez que estás ahí, entonces, ya no pued...

No hay mal tiempo... para beber.

En cada lugar hay unas tradiciones, faltaría más, y en Bremen y la zona occidental de Baja Sajonia hay una bastante típica por estas fechas. Es el tiempo de la col rizada, Grünkohl  (col verde) en alemán, y con él, el tiempo de los Kohlfahrten , algo así como los viajes de la col. Es un tiempo frío, húmedo y ventoso, por eso lo primero que me dijeron al llegar fue una típica frase noralemana: " Es gibt kein schlechtes Wetter, es gibt nur unangemessene Kleidung " ("No hay tiempo malo, hay sólo ropa inadecuada"). Pues con estas condiciones atmosféricas, la gente se reúne para pasear con un Bollerwagen   cargado hasta arriba de bebidas de mayor y de menor graduación y comida. Los participantes en esta peculiar ruta, realizan una serie de juegos y pruebas que tienen como premio ver cómo los jugadores del equipo rival han de beber un chupito con cada punto perdido. En realidad, se gane o se pierda, el chupito lo toman todos, pero en fin. Después del viaje, cena a base de...